Escrito por Alejandro Torres Rivera
Utilizando como fecha oficial del documento “septiembre de 2010", la organización político militar Euskadi Ta Askatasuna “ETA”, (en español “País Vasco y Libertad”), emitió una declaración política oficial en la cual decreta unilateralmente un cese al fuego de sus actividades armadas contra el Estado español. Consignando que ha transcurrido más de medio siglo desde su fundación, ETA establece que hace ya varios meses la organización acordó no llevar a cabo más “acciones ofensivas” y fijar un proceso que permita que los derechos del pueblo vasco “sean reconocidos y garantizados” como parte del proceso “verdadera solución al conflicto”.
De acuerdo con el periódico español El País, en un reportaje de Europa Press, no se le adjudica a este pronunciamiento un significado especial. Restándole importancia, comenta que esta Declaración se trata el undécimo anuncio de cese al fuego decretado por ETA desde el 5 de julio de 1981. No todos, sin embargo, coinciden con este tipo de aproximación publicada en El País. Para el dirigente norirlandés del Sinn Fein, Gerry Adams, quien ciertamente conoce la experiencia y las dificultades por las que ha atravesado el proceso de paz en Irlanda del Norte con el Ejército Republicano Irlandés, el gobierno español debe aprovechar esta oportunidad para abrir de inmediato lo que denominó “negociaciones políticas incluyentes.” En sus declaraciones, Adams manifestó estar al tanto del debate interno al seno de ETA, el cual dicho sea de paso, no es el primero de esta naturaleza en su historia política, sobre la vía a seguir en la consecución de la independencia del país vasco por el cual lucha la organización.
Otras opiniones expresadas en la prensa española consideran que las declaraciones de ETA responden al nivel de presión que sobre la organización existe de parte de otros sectores de la izquierda vasca que se pronuncia en rechazo a las acciones armadas y en favor de una salida democrática a través de “vías políticas y pacíficas. De hecho, desde algunos de estos sectores se indica que el pronunciamiento de ETA “aporta poca luz, no precisa ni la duración del alto al fuego ni su alcance.”Evidentemente se trata de una posición muy cómoda ya que la única interpretación racional que puede formularse, a base de lo que ETA expresa, es sencillamente que la Organización ha puesto fin a las “acciones ofensivas” en el plano político militar. Más aún, también es evidente que si la Declaración no condiciona en tiempo su alcance, es porque es indefinida y no estrictamente temporal.
Lo que si está claro de la definición del alto al fuego decretado por ETA, es que la Organización no renuncia, explícita ni implícitamente, a las acciones político militares de naturaleza defensivas frente al Estado español. De hecho, si esa fuera la expresión de ETA o la exigencia del Estado español, de lo que se hablaría no es de un alto al fuego sino de un capitulación incondicional. Precisamente esta es la demanda que tanto el Partido Popular como el Partido Socialista Obrero Español y otras agrupaciones políticas han demandado de ETA en el pasado reciente.
Por su parte, el gobierno vasco, controlado por el Partido Socialista de Euzkadi (Euzkadido Ezkerra), el cual llegó al poder el 7 de mayo de 2009, también se ha unido dentro del país vasco al coro detractor de la decisión tomada por ETA. Esta agrupación política surge de la fusión en 1993 del Partido Socialista Obrero Español y el partido nacionalista Euskadiko Ezquerra. Su titular del Departamento vasco del Interior, Rodolfo Ares, ha respondido indicando que el pronunciamiento de ETA es “absolutamente insuficiente,” a la vez que lo considera un revés para el resto de la izquierda vasca, que esperaba más de ETA en su pronunciamiento, en referencia que no supone una condena al terrorismo atribuido a esta organización. Más aún, Ares cuestiona el por qué, si se trata de una determinación tomada hace ya algún tiempo, se haya producido una demora en su anuncio.
ETA es una organización político militar vasca que fue fundada el 31 de julio de 1959 luego de la expulsión de los dirigentes juveniles del Partido Nacionalista Vasco de sus filas. ETA, también, es el producto de la integración de los jóvenes agrupados en Euzko Gaztedi del Partido Nacionalista Vasco y el círculo de estudio universitario EKIN creado en 1952. Como tal, ETA reivindica no la autonomía del país vasco compuesto por tres regiones localizadas en el Norte del Estado español y dos dentro del Estado francés, sino la independencia.
La primera acción militar reivindicada por ETA ocurrió el día 18 de julio de 1961 al hacer descarrilar un tren que transportaba voluntarios franquistas que viajaban a San Sebastián a conmemorar el aniversario del inicio de la Guerra Civil Española, desarrollada entre los años 1936-39.
En su primer programa ETA postulaba aún una ideología nacionalista y anticomunista, donde la independencia que reivindicaba era una compatible con la propuesta entonces discutida de federalismo europeo. A partir de su Segunda Asamblea, sin embargo, los elementos izquierdistas dentro de la Organización expresaron ya su ruptura con los elementos conservadores católicos dentro de la misma. Fue en su Tercera Asamblea, efectuada en 1964, donde ETA adoptó la decisión de asumir lucha armada como método fundamental de lucha.
Durante su Cuarta Asamblea en 1965 se definieron tres corrientes principales al interior de ETA: la primera, esencialmente culturalista, la conformaban los sectores más nacionalistas dentro de la Organización; la segunda, denominada como la tendencia obrerista, se orientaba más hacia una visión clasista de la lucha por la independencia reivindicando el socialismo como parte de su propuesta de independencia; y en tercer lugar, la tendencia denominada “tercermundista”, que postulaba la vinculación de la lucha nacional por la independencia con la luchas de liberación nacional en los países del tercer mundo. Estas diferencias llevaron, durante la Quinta Asamblea, a una división entre la tendencia obrerista y las otras dos tendencias surgiendo así dos ETA’s: ETA Berri (Nueva ETA) y ETA Zaharra (Vieja ETA). La primera tendencia, la obrerista, terminó finalmente disolviéndose dentro del Movimiento Comunista, una organización política que abarcaba la totalidad del Estado español.
Durante su Sexta Asamblea en 1970, surgieron al interior de ETA nuevamente diferencias consolidándose en dos tendencias: una que impulsaba la vía militar, denominada los “milis”y otra que postula el carácter político militar de la Organización (“poli-milis”), tendencia esta que resultó mayoritaria. Así las cosas, puede afirmarse que a la altura del llamado “periodo de transición a la democracia” en España, no existe propiamente una ETA sino dos ETA’s. En este proceso, de cara a las elecciones de 1977, sectores de la ETA poli-milis se acogió a una amnistía, mientras que el grueso de la militancia, proveniente de ambas tendencias rechazó la amnistía. Finalmente, los que se oponían a la amnistía terminaron vinculados con la ETA “mili”.
Entre 1975 y 1980, en el contexto de si daba o no finalmente la transición a la democracia representativa en España, surgieron los enfrentamientos entre las tendencias militares de la izquierda y las agrupaciones clandestinas militares de las derechas. Entre éstas destacaron la Alianza Apostólica Anticomunista, Anti Terrorismo ETA, Grupos Armados Españoles, los Guerrilleros de Cristo Rey, el Batallón Vasco Español y otros. Tras la victoria socialista en los comicios de 1983 surgieron desde la izquierda y en respuesta a las acciones de los grupos derechistas los denominados Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).
Durante los años siguientes se desarrollarían varias iniciativas o pactos entre los partidos políticos en España procurando atender el problema de la violencia política. Muchas de las organizaciones, de derechas o izquierda que asumieron la vía armada eventualmente desaparecieron del escenario, por lo que puede afirmarse que la organización político militar de mayor sobrevivencia en España a partir del restablecimiento de la democracia representativa haya sido ETA.
A pesar de diversos acercamientos hechos por los partidos políticos principales en el Estado español para buscar puntos de encuentro con miras a atender el problema que representa ETA como organización político militar que propugna la independencia, la situación no ha sido resuelta, menos aún dentro de la realidad del país vasco.
El debate político en España, alimentado por una intensa campaña mediática en contra de la Organización pero también avalado por la incomprensión a nivel popular de algunos de los operativos militares llevados a cabo por ETA, ha permitido que se haya ido articulando un fuerte discurso donde se pretende desconocer las causas que dan base a la propuesta militar de ETA, que no es otra que la supresión del derecho del pueblo vasco al ejercicio pleno de su libre determinación e independencia. El Estado español se niega a reconocer el conflicto de nacionalidades que tiene en Euskadi pretendiendo limitar los reclamos del pueblo vasco a un estatuto autonómico, no a una independencia.
De la voluntad de la partes en asumir con seriedad el proceso depende la posibilidad de algún avance real la lucha de siglos del pueblo vasco por el pleno ejercicio de su derecho a la libre determinación e independencia y del Estado español en el desarrollo de una nueva política hacia las nacionalidades que lo integran.
8 de septiembre de 2010
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