27 de septiembre de 2024
La Unión Nacional de Juristas de Cuba ha circulado en días recientes copia de una carta escrita por el distinguido periodista y escritor Ignacio Ramonet dirigida al presidente de Estados Unidos Joseph Biden. En la carta le solicita, antes de que abandone su cargo como presidente de Estados Unidos, retire a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo. A la carta se han sumado múltiples personalidades reiterando dicho pedido.
La carta comienza señalando lo siguiente:
“Señor presidente Joe Biden:
Su mandato presidencial se termina dentro de pocos meses. Me permito escribirle con todo respeto, en nombre de un número importante de personas, movimientos sociales, sindicatos, asociaciones humanitarias y organizaciones no gubernamentales a través de todo el mundo que firman conmigo esta carta y esperan un gesto de usted para reparar una profunda injusticia cometida el 12 de enero de 2021 por su predecesor, Donald Trump, cuando a unas semanas de abandonar la Casa Blanca, decidió –sin bases legales reales—reinscribir a Cuba en la infame lista de Estados patrocinadores del terrorismo (lista SSOT, por sus iniciales en inglés).
Señor Presidente, como usted sabe, esa lista SSOT es un mecanismo de política exterior concebido por la Secretaría de Estado (Cancillería) de Estados Unidos para sancionar a aquellos países que “prestan apoyo repetidamente a actos de terrorismo internacional.”
La carta le recuerda al presidente Biden que él formó parte de la administración de Barak Obama y que fue precisamente dicha administración la que en el año 2015 sacó a Cuba de dicha lista oprobiosa. Le recuerda, además, que fue él siendo vicepresidente de Estados Unidos cuando “se pudo en efecto avanzar hacia una normalización de las relaciones diplomáticas entre dos vecinos con sistemas políticos diferentes pero dispuestos a entenderse en base al respeto mutuo.”
La lista de países promotores del terrorismo fue creada por el Departamento de Estado de Estados Unidos el 29 de diciembre de 1979. En su origen incluyó cuatro países: Libia, Iraq, Yemen del Sur y la República Árabe Siria. Más adelante, en 1982, se sumó en la lista a Cuba y se retiró a Iraq. En 1984 se incluyó a la República Islámica de Irán y en 1988 a la República Popular Democrática de Corea. En 1990 tras la invasión a Kuwait se reintegra a la lista Iraq, siendo excluido nuevamente en 2004 y se excluye a Yemen del Sur. En 1993 se incluye en la lista a Sudán. En 2004 luego de la invasión al país, Iraq sale nuevamente de la lista y lo mismo ocurre con Libia en 2006 y con la República Popular Democrática de Corea en 2008. En 2015 Cuba fue sacado de la lista, mientras la República Popular Democrática de Corea regresa en 2017. Sudán sale de la lista en 2020 mientras Cuba regresa a la lista en 2021.
Figurar en la lista supone para el país incluido sanciones tales como: (a) cancelación en la exportación de armas; (b) vigilancia de las exportaciones; (c) restricciones económicas y financieras tales como el bloqueo de fondos en el Banco Mundial e instituciones análogas; (d) acciones judiciales en los tribunales de Estados Unidos por daños a civiles y ciudadanos de familias víctimas del terrorismo; (e) deducciones fiscales para sueldos cobrados en esos países; (f) eliminación de las ventas libres de impuesto; (g) prohibiciones a ciudadanos de Estados Unidos de establecer relacionas financieras con dichos países; y (h) prohibición al Departamento de la Defensa de contratar por más de $100 mil con compañías controladas por los países en la lista.
En la carta Ramonet le indica a Biden que “Cuba siempre ha denunciado y combatido el terrorismo”, jamás “lo ha alentado o patrocinado.” Le recuerda que desde Cuba no se ha llevado, directa o indirectamente, actos de terrorismo contra Estados Unidos; a diferencia de Cuba, que sí ha sido objeto de múltiples ataques terroristas financiados, armados o entrenados por organizaciones violentas con base en Estados Unidos en los cuales 3,500 cubanos han fallecido. Señala la carta que al incluir a Cuba de manera injusta en dicha lista, “se aplican a este país y a toda su inocente población, numerosas y dolorosas medidas coercitivas unilaterales.”
A las consecuencias de someter al Cuba a dicha lista, se añade “las terribles consecuencias del cruel e ilegal bloqueo económico, comercial y financiero” que Estados Unidos mantiene desde hace más de 60 años. Entre los efectos de estas políticas estadounidenses sobre Cuba se encuentran la carencia del pueblo a bienes y recursos básicos como medicinas, alimentos, materiales de construcción, fertilizantes, energía, maquinaria industrial, piezas de recambio que no se pueden importar por encontrarse en la lista, etc.
De manera contradictoria, indica Ramonet, en mayo de 2024 el Departamento de Estado de Estados Unidos “tomó la decisión de retirar a Cuba de la lista de ‘Estados que no cooperan en la lucha contra el terrorismo.” Señala que esta fue una decisión justa y acertada, sin embargo, cuestiona cómo es posible que se haya procedido a la exclusión de Cuba de dicha lista mientras se le mantiene incluida en la otra.
Ramonet le recuerda en la carta el papel jugado por Cuba a partir de 2018 en el proceso de pacificación en Colombia tanto bajo el gobierno de Juan Manuel Santos, como más adelante, en el gobierno de Iván Duque. Respecto a Colombia, en 2016 se firmaron en La Habana los Acuerdos de Paz entre el Estado de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y más adelante, en 2019, esfuerzos iniciales con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
La carta llama también la atención al presidente Biden de los esfuerzos internacionales de Cuba no sólo como promotor de la paz, según hemos indicado, sino también como promotor de la salud donde en los pasados 20 años “La Habana ha enviado a más de 600,000 profesionales y técnicos sanitarios a unos 165 países”, aliviando así “el sufrimiento de muchos enfermos y salvarle la vida a millones de personas a través del mundo.
Lo mismo sucede en el plano de la educación donde miles de “maestros y de profesores cubanos han intervenido en decenas de países para combatir el analfabetismo e impulsar la escolarización de millones de niñas y niños.” Esto, indica Ramonet, es lo contrapuesto a promover el terrorismo.
Se estima que entre marzo de 2023 y febrero de 2024 163,455 estadounidenses viajaron a Cuba, cifra esta significativamente más baja que la cantidad de estadounidenses comenzaron a viajar a Cuba luego del inicio durante la administración Obama de los acuerdos alcanzados por ambos países que incluyeron el intercambio de relaciones diplomáticas. En ese período, entre 1 de marzo de 2023 y 29 de febrero de 2024, los daños y perjuicios materiales del bloqueo a Cuba y su colocación en dicha lista de países que promueven el terrorismo ascendió a $5,056.8 millones. El monto total de daños acumulados a Cuba como resultado del bloqueo se estima al presente$164,141.1 millones.
En una acción similar, indica el periódico español El País, en su edición de 13 de septiembre de 2024, decenas “de expresidentes y ex primeros ministros de todo el mundo suscriben una carta en la que trasladan al presidente estadounidense, Joe Biden, a pocos meses de terminar su mandato, una solicitud hecha por otros en el pasado: retirar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo en la que quedó incluida durante el Gobierno de Donald Trump dando marcha atrás al intento de Barak Obama de sacarla de dicha clasificación como parte del restablecimiento de las relaciones diplomáticas en 2015.”
De acuerdo con los firmantes, indica el periódico, el reclamo está sustentado “en un contundente llamado humanitario que pretende aliviar la situación de millones de personas inocentes.” Señala, además, “la profunda convicción de que el gobierno de Cuba será seriamente comprometido contra el terrorismo y a favor de la paz en la región y el mundo.”
Finaliza su carta Ramonet recordándole al presidente Biden que poco después del inicio de su mandato, varios funcionarios de su administración prometieron que se revisaría la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, promesa que fue reiterada en octubre de 2022 por su Secretario de Estado, Anthony Blinken. Más adelante, en 2023, 46 congresistas, “muchos de ellos demócratas, le enviaron… una carta pidiéndole que cumpliera su promesa. A lo anterior añade que en junio de 2024, “durante el 56 período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en una declaración conjunta, nada menos que 123 países le exigieron lo mismo a su gobierno.”
Con un sentido de urgencia, Ramonet hace un llamado a Biden de que “antes de abandonar la Casa Blanca” proceda a corregir el acto de injusticia que representa mantener a Cuba en esa lista.
Quizás podría haberse añadido a la carta la expresión del Apóstol de la Independencia de Cuba al decir que no había nada peor en momentos decisivos que la indecisión.
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