Cada 1ero de Mayo, millones de trabajadores y trabajadoras a través del planeta salimos a las calles para reafirmar nuestra pertenencia a la clase social que mueve al mundo, celebrar nuestras conquistas históricas, proponer nuevos objetivos y denunciar las injusticias que gobiernos y patronos nos imponen.
Esta celebración se remonta a 1886 cuando, en Chicago, EE.UU., miles de trabajadores salieron el 1ero de mayo a reclamar la jornada de 8 horas y se mantuvieron en las calles por varios días, a pesar de que la policía los enfrentó con violencia. De las muertes provocadas por la represión fueron culpadas sus víctimas, los obreros, y cuatro sindicalistas fueron condenados injustamente a la horca, luego de un juicio parcializado en su contra. Hoy los recordamos como los mártires de Chicago, símbolos de la lucha por las reivindicaciones obreras.
Desde el siglo XIX el movimiento obrero organizado ha defendido a la clase trabajadora. Cada derecho que tenemos quienes trabajamos para ganarnos la vida ha sido el resultado de luchas organizadas de trabajadoras y trabajadores. No siempre existieron los días por enfermedad, las vacaciones o el salario mínimo. Estas han sido conquistas arrancadas al gobierno y a los patronos.
El Día de los(as) Trabajadores(as) hoy
Pero la lucha sigue, tanto por la conquista de nuevos derechos como por la defensa de los alcanzados. En el Puerto Rico actual, la Dictatorial Junta Fiscal, con la complicidad o la sumisión de los gobiernos de turno, impone decisiones que laceran los derechos del pueblo trabajador, tanto en nuestros espacios de trabajo como en el resto de nuestras vidas.
La disminución de derechos como los días de vacaciones y enfermedad, el aumento en el periodo probatorio y los ataques a las pensiones gubernamentales son algunas de las agresiones que estamos recibiendo. Por otro lado, la mayor parte de las oportunidades de trabajo disponibles son en empleos precarios, por contrato y sin derecho a ningún beneficio marginal o permanencia. Este tipo de empleo es el que le ofrecen a la mayor parte de nuestra juventud trabajadora.
Pero también somos atacados en nuestro derecho fundamental a una vida digna y feliz. Con la privatización, como la del inmoral contrato de LUMA, los servicios públicos se encarecen y empeoran. El gobierno se declara incapaz de resolver los graves problemas en áreas básicas como la seguridad pública, la salud y el mantenimiento de las carreteras, proponiendo alternativas viejas e inefectivas o más privatizaciones.
Mientras tanto, cada año le recortan fondos a nuestra Universidad de Puerto Rico, conduciéndola casi a la inoperancia. A la escuela pública la ronda el peligro de la privatización, luego del cierre de decenas de escuelas y de otro escándalo mayor de corrupción en el Departamento de Educación. La educación, pieza fundamental de nuestra recuperación y crecimiento, se encuentra bajo ataque continuo.
En los últimos años una amenaza nueva se cierne sobre nuestras comunidades: el desplazamiento poblacional, provocado por el acaparamiento y especulación de propiedades llevado a cabo por millonarios, muchos de ellos acogidos a las exenciones de la inmoral Ley # 60.
Aumentan las desigualdades entre los sectores privilegiados y la clase trabajadora. Las mujeres y los(as) niños(as) son los sectores más vulnerables, con los niveles más altos de pobreza en el País.
Todas estas medidas que afectan directamente nuestras vidas son parte de la ideología conocida como neoliberalismo. Este programa ideológico incluye privatizaciones, reducción de la inversión social, recorte en derechos laborales y ataques al movimiento obrero organizado. El mismo ha sido impulsado en muchos lugares del mundo, provocando aumentos en las desigualdades sociales y demostrando que es inefectivo e injusto.
Otro Puerto Rico es posible
Este primero de mayo el MINH participa de las actividades del Día de los(as) Trabajadores(as) junto al movimiento obrero, a comunidades, feministas, ambientalistas, estudiantes y organizaciones políticas, entre otros sectores, en reclamo por mejores condiciones de trabajo, el fin de las privatizaciones, la defensa de las pensiones, contra los recortes a la UPR, por la protección de nuestro ambiente y de nuestras comunidades.
A la vez, reconocemos que la vida digna que se merece nuestro pueblo no es posible en la actual situación colonial. Por tanto, reiteramos nuestro compromiso con la independencia como única forma de lograr la igualdad y justicia a la cual aspiramos.
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