En una noticia publicada el pasado 23 de noviembre de 2009 se indica que Venezuela se prepara para posible invasión. Inmediatamente luego del titular, se desarrolla una noticia que más que indicar los preparativos venezolanos para enfrentar una invasión, lo que destaca es el proceso de rearme de Venezuela para contraponerla como una amenaza militar frente a sus vecinos en el Continente. Así, se menciona la llegada a Venezuela de 300 vehículos blindados procedentes de Rusia; la compra a este país de 100 mil fusiles de asalto Kalashnikov junto con 24 aviones caza Sukhoi; y la convocatoria a la formación de milicias organizadas por el Estado para la defensa del país.
Previamente, ya El Nuevo Día se había hecho eco de la campaña contra la República Bolivariana de Venezuela en el contexto del diferendo entre este país y Colombia, destacando en sus noticias internacionales la voladura de dos puentes peatonales colocados ilegalmente sobre un río fronterizo entre ambos países como si se tratara de un paso en el avance entre el conflicto provocado entre Venezuela y Colombia. En la noticia, sin embargo, no se señala que se trata de construcciones ilegales donde se establecen pasos fronterizos no vigilados entre ambos Estados, sin aduanas ni controles migratorios; ni que tales pasos están siento utilizados en estos momentos para procurar la entrada ilegal dentro de territorio venezolano de paramilitares y elementos vinculados al narcotráfico que desde Colombia violan la frontera con Venezuela. Tampoco destaca, mucho menos denuncia, el incremento en la capacidad militar de Colombia como resultado de los miles de millones de dólares suministrados por Estados Unidos en ayuda militar como parte del Plan Colombia; así como tampoco los efectos sobre la estabilidad de la región con la utilización por parte de Estados Unidos de al menos siete bases militares colombianas; y las gestiones que al presente lleva a cabo Estados Unidos para establecer otras instalaciones militares en países centroamericanos, particularmente Panamá y El Salvador.
La pregunta que debemos hacernos es quién promueve y quién evita en estos momentos la guerra en América Latina.
Sun -tzu, genio militar en la antigua China, vivió en la época de la Dinastía Chou entre los años 722-481 antes de nuestra Era. De sus experiencias militares surgieron los escritos en los cuales se recogen sus principios sobre el Arte de la Guerra hoy estudiados en todas las academias militares y escuelas de diplomacia y relaciones exteriores del mundo. ¿Por qué las escuelas de diplomacia y relaciones exteriores? Sencillamente porque como ha dicho el escritor prusiano y también teórico militar Karl Von Klautsewits, la política es la guerra por otros medios.
Dice Sun-tzu en algunos de sus principios militares que “la capacidad más alta del general es frustrar los planes del enemigo”; que “el líder hábil en estrategia somete las fuerzas del enemigo sin luchar”. Al identificar cómo anticiparse al oponente, Sun-tzu nos indica que “cuando se usa el Método de la Estrategia, no se cuenta con la probabilidad de que el enemigo no venga, sino con nuestra prontitud para recibirlo. No se cuenta con la probabilidad de que no ataque sino con hacer que nuestra posición no sea capturable.” Así, también, señala que a las tropas se les debe inspirar unidad de propósito; asegurar una estrecha relación entre todas las partes y el mando, apresurar la retaguardia, mantener ojo avizor a las defensas; consolidar alianzas; asegurar el flujo de suministros y sobre todo, garantizar en cada combatiente la capacidad para ofrecer “una resistencia obstinada cuando se haya rodeado, combatir duro cuando no puede ayudarse a sí mismo, y obedecer rápidamente cuando ha caído en peligro”. Finalmente, Sun-tzu nos expresa que “el éxito en la guerra se gana acomodándose cuidadosamente a sí mismo con los propósitos del enemigo.”
Estas premisas son hoy totalmente validas, a la luz de la situación que vive el pueblo venezolano, ante las amenazas de Colombia y Estados Unidos.
La Revolución Bolivariana de Venezuela es, para propósitos de Estados Unidos, el principal objetivo de su campaña internacional en el Hemisferio. Tanto durante la Administración republicana de George Bush Hijo, como la que al presente sigue el binomio Obama-Clinton en materia de política exterior estadounidense, se centra en la liquidación de la influencia venezolana sobre el resto de los países de América Latina. La destrucción del experimento socialista de Chávez en Venezuela y el impulso de su Revolución al desarrollo de una nueva independencia para América Latina, son objetivos visibles de la política exterior de Estados Unidos.
De acuerdo con información divulgada por el gobierno venezolano, la activación por parte de Estados Unidos de su Cuarta Flota, su intervención en la desestabilización de gobiernos como el de Honduras; el incremento de su ayuda militar a países como Colombia y Perú; la vinculación entre la utilización de instalaciones militares colombianas por parte de personal militar estadounidense así como el uso de un discurso cada vez más agresivo hacia Venezuela, todo ello justifica en estos momentos la convocatoria del gobierno de Hugo Chávez a la defensa de la independencia y soberanía de Venezuela frente a sus amenazas internas y externas. El llamado a preparase para la defensa de esa independencia y esa soberanía es no solo un derecho sino un deber ineludible, inescapable al ejercicio de su responsabilidad constitucional bajo la Constitución venezolana. Este llamado y la preparación real de la población venezolana para enfrentar y derrotar cualquier tipo de agresión militar contra el país es el mejor y más efectivo disuasivo contra la guerra; es decir, se trata de dar pasos afirmativos que la misma vez que resguarden la soberanía nacional de Venezuela, sea un claro disuasivo contra cualquier pretensión de utilización de la fuerza militar o desestabilización interna que ponga en riesgo los avances de la Revolución Bolivariana. Se trata de aplicar los principios de Sun-tzu a la situación actual de su país.
La amenazas que se ciernen sobre Venezuela en estos momentos, también están latentes contra otros gobiernos en la región. Tales son los casos de Bolivia y Ecuador, que en los pasados años han vivido en carne propia la ejecución de agresiones militares y los operativos de desestabilización interna, que incluyen propuestas de desintegración del Estado nacional bajo supuestas autonomías regionales al margen de los derechos establecidos en las constituciones aprobabas ampliamente por la mayoría de la población en estos países.
Hace ya unas semanas en una de sus Reflexiones, Fidel Castro anticipaba posibles cambios en los escenarios latinoamericanos en los próximos años que incluían modificaciones en los gobiernos que hoy tienen algunos países por el regreso a gobiernos de derecha, anti populares y anti democráticos. Los resultados de los procesos electorales que de cara a los próximos años se desarrollen en países como Brasil, Argentina y Chile, por tan solo mencionar algunos en América del Sur; como ya ocurrió mediante un proceso electoral en el caso de Panamá en América Central, o mediante un golpe militar en Honduras, pudieran estar en la mira de las reflexiones de Fidel.
Para Fidel, sin embargo, la República Bolivariana de Venezuela es harina de otro costal. En su Reflexión del pasado 19 de noviembre, Fidel indica:
“Chávez es un verdadero revolucionario pensador profundo, sincero, valiente e incansable trabajador. No llegó al poder mediante un golpe de Estado. Se sublevó contra la represión y el genocidio de los gobiernos neoliberales que entregaron los enormes recursos naturales de su país a Estados Unidos. Sufrió prisión, maduró y desarrolló sus ideas. No llegó al poder a través de las armas a pesar de su origen militar.
Tiene el gran mérito de haber iniciado el difícil camino de una Revolución social profunda partiendo de la llamada democracia representativa y la más absoluta libertad de expresión, cuando los más poderosos recursos mediáticos del país estaban y están en manos de la oligarquía y al servicio de los intereses del imperio.”
Una Revolución que ha ido profundizando sus raíces en su pueblo; que hoy cuenta con millones de venezolanos agradecidos de los avances y conquistas sociales de las cuales han sido y son sus beneficiarios; una Revolución que ha ido dotando a su pueblo de un sentido de dignidad nacional y pertenencia junto al resto de los países latinoamericanos, es una Revolución que tiene el potencial de derrotar cualquier estrategia imperial que ponga en jaque tales conquistas. Como indica Fidel, los pueblos de Colombia y Venezuela, hijos de una misma partera histórica y con un Libertador común “defenderán la gran Patria del Libertador de América; juntos lucharán por la libertad y la paz.”
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