Escrito por Alejandro Torres Rivera / Presidente CAAPR
María Florencia Pagiarone y Gisela Brito publicaron en ALAI-amlatina un excelente artículo en torno a la segunda vuelta en las elecciones efectuadas el pasado domingo en Ecuador. En ellas se decidieron las candidaturas a la presidencia y vicepresidencia del país. Por lo atinado de su análisis, reproducimos en esta introducción a Ventana al Mundo un segmento de este escrito:
¨Ecuador concurrió nuevamente a las urnas para elegir en una segunda vuelta al presidente y vicepresidente, ya que el pasado 19 de febrero ninguna de las dos fórmulas alcanzó una votación del 40%. En aquella oportunidad, el binomio oficialista logró el 39.36%, mientras la fórmula Lasso-Páez se ubicó en el 28.09%. En consecuencia, el domingo 2 de abril 12,816,698 ecuatorianos fueron nuevamente convocados para votar. En esta ocasión, el porcentaje de participación fue de 74.82%.
Al igual que desde el inicio de la campaña, la segunda vuelta se caracterizó por las denuncias permanentes de fraude y la incitación a la violencia por parte de la oposición, como adelanto de que no reconocerían los resultados en caso de que beneficiaran al oficialismo. Ello a pesar de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha previsto todo tipo de mecanismos para garantizar la transparencia del proceso: al momento de la instalación, el 97% de las Juntas Receptoras del Voto contaron con delegados de las dos organizaciones políticas quienes fueron capacitados previamente, el 89% en forma presencial y un 11% en forma virtual a través de las plataformas informáticas.
El papel de los observadores internacionales ha sido fundamental también en lo que respecta a la transparencia del proceso electoral: UNASUR en su informe previo del sábado 1 de abril señaló la imposibilidad de un fraude. Por su parte, la misión de observación internacional de la Asociación Mundial de Organismos Electorales (A-Web), destacó el trabajo realizado por la CNE para incluir en el balotaje las recomendaciones realizadas durante la primera vuelta electoral para garantizar la transparencia del proceso, además de desestimar la posibilidad de un fraude.
Pasadas las 5 de la tarde con el cierre de las mesas electorales, el primer exit poll que se conoció fue el de CEDATOS según el cual Lasso lograría el 53.02% de los votos frente al 46.98% de Lenín Moreno. Esto sirvió para posicionar, inicialmente, un supuesto triunfo de CREO-SUMA que rápidamente se extendió por los medios de comunicación privados y las redes sociales. Por su parte, el exit poll de Perfiles de Opinión señaló lo contrario, otorgando una ventaja al binomio oficialista con el 52.2% mientras que Lasso se ubicó en el 47.8%
El conteo rápido conocido poco más de dos horas después del cierre de las mesas, realizado por la Escuela Politécnica Nacional (EPN) con autorización del CNE también dio como ganador a Lenin Moreno con el 51.15% con un margen de error de 0.73%. Los datos oficiales del Consejo Nacional Electoral señalan que con el 99.61% de los votos escrutados, Moreno alcanza el 51.16% de los votos mientras que Lasso suma 48.84%¨
Como puede notarse, entre la primera vuelta y la segunda, Lasso obtuvo una ganancia de votos mayor a la obtenida por Moreno. Lasso tuvo un avance desde el 28.09% al 48.84% para un incremento de más de un 20% del electorado que votó; mientras que Lenin Moreno tuvo un aumento en votos de poco menos de un 11%. Es natural que así fuera toda vez que la derecha en Ecuador se encontraba más dividida en la primera vuelta, consolidándose el voto de derechas en Lasso en la segunda vuelta.
Si bien el triunfo corresponde al llamado ¨oficialismo¨, existen dos datos objetivos que hay que señalar: la base social de ¨Alianza País¨ se erosionó de cara a estas elecciones; de otro lado, el resultado refleja un país profundamente dividido en dos polos, lo que anticipa un período de gobierno de muchas contradicciones y luchas por espacios de poder entre la oposición y el próximo gobierno de Lenín Moreno. Si bien el peor de los escenarios hubiera sido el triunfo de Lasso, lo que anticipaba un fuerte retroceso en las conquistas sociales de la revolución ciudadana que encabezó el presidente saliente Rafael Correa y el regreso a las recetas neoliberales; para Lenín Moreno y Alianza País se impone un serio proceso de reflexión sobre las causas de esa pérdida de apoyo o desgaste en el electorado, así como recuperar el compromiso y participación de algunos sectores de la izquierda política en el país que se han sumado a la oposición en este proceso. El triunfo de la derecha neoliberal hubiera sido un fuerte golpe a los procesos de integración de América Latina y al bloque opositor a las políticas intervencionistas en América del Sur.
Alfredo Serrano Mancilla, en un breve artículo publicado en Cubadebate señala, al celebrar el triunfo de Alianza País en Ecuador, lo siguiente:
¨Disculpen el baile de números. Son 25 elecciones presidenciales en los últimos 15 años en 7 países (Venezuela, Bolivia, Uruguay, Nicaragua, Argentina, Brasil y Ecuador), y solo una vez, una única vez, la oposición neoliberal ganó en las urnas. 1 de 25; 4% es el porcentaje alcanzado por la restauración conservadora cuando se trata de elegir en las urnas al nuevo presidente en un país gobernado por un proyecto progresista. Lo logró Macri en Argentina en el 2015. La única excepción que confirma la regla. Lo de Brasil no cuenta porque fue a través de un golpe de Estado parlamentario. Y en el resto de ocasiones, Capriles, Doria Medina, Aécio Neves, Lacalle Pou -y así un listado interminable de nombres- no lograron obtener los votos suficientes para ser electos Presidente. El último de esta serie ha sido el Guillermo Lasso en Ecuador como nuevo capítulo en esta larga lista de derrotados. De hecho, este banquero ya sabía lo que era perder contra la Revolución Ciudadana (en 2013).
Ecuador se decanta nuevamente por una opción no neoliberal. Lenín Moreno, representante de Alianza País, ha sido el ganador en esta segunda vuelta con un 51,04% de los votos válidos. Esta vez le sacó 2 puntos a su contrincante; y en la primera vuelta fueron 11 puntos. Una vez más, los exponentes de la Restauración Conservadora vuelven a perder en las urnas frente a una propuesta progresista¨. (Énfasis en el original)
De otra parte, como expresamos en el programa efectuado a raíz de las elecciones ecuatorianas en la primera vuelta, el triunfo de Alianza País en esta segunda vuelta ¨establece el potencial de ser el pivote desde el cual América Latina recupere el espacio perdido, particularmente en los procesos políticos en Paraguay, Brasil, Perú y Argentina, por mencionar sólo las experiencias sudamericanas, y retomar las iniciativas de poco más de una década atrás¨.
Mientras esto sucede, en la República Bolivariana de Venezuela se mantienen los planes de echar abajo el gobierno constitucional que encabeza el presidente Maduro utilizando como peón en el tablero del ajedrez de la política internacional al Secretario General de la OEA, procurando la activación de una intervención extranjera contra dicho país. La posición de Venezuela ha sido clara ¡No pasarán!
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