Escrito por Alejandro Torres Rivera
El pasado fin de semana se efectuó una reunión del Consejo de Ministros donde se analizó la propuesta de Plan Económico para el año 2011, año que constituye el primer año del nuevo Plan Quinquenal.
Ya antes, el ex Presidente cubano Fidel Castro había hecho expresiones de apoyo implícito a las propuestas de reforma hechas bajo el liderato de su hermano Raúl Castro durante un discurso ante estudiantes de la Universidad de La Habana el día 17 de noviembre. En su discurso, Fidel hizo el llamado a la discusión de los cambios que requiere en estos momentos el país. Al hacerlo, recordó varias citas de otro discurso pronunciado hace cinco años en la misma Universidad.
En el mencionado discurso de hace cinco años, Fidel rechazaba el dogmatismo, la necesidad de aplicar el máximo de racionalidad en el salario, los precios, las jubilaciones y las pensiones; combatía el derroche de recursos, los vicios, los robos, a la vez que hacía el llamado a la ética en el trabajo revolucionario y los procesos económicos.
A juicio de algunos observadores de la política cubana, las declaraciones de Fidel Castro, junto a las observaciones hechas por Raúl Castro durante la reunión del Consejo de Ministros, unido a la propuesta de Lineamientos de la Política Económica y Social, circulada de cara al próximo Congreso del Partido, no deja dudas de que se ha alcanzado un consenso entre las instancias política y administrativas del Estado cubano.
Se indica, que a diferencia de otras ocasiones, donde la adopción de los lineamientos políticos del Partido se hacían en forma simultánea con la elección de los cuadros directivos en los diferentes niveles de dirección del PCC, en esta ocasión, lo segundo, se llevará a cabo en una Conferencia del Partido para la cual aún no se ha establecido una fecha.
En el documento circulado bajo el título Lineamientos de la Política Económica y Social, que servirá de base a la discusión sobre las nuevas políticas a implantarse por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, se indica claramente que los nuevos lineamientos, en lo concerniente a la economía y las medidas sociales, correspondería, “con el principio de que solo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar la conquistas de la Revolución y que en la actualización del modelo económico primará la planificación y no el mercado.” ¿Qué significado tiene esta expresión? Significa que, contrario a la lógica del capitalismo, donde la producción es anárquica, sin sujeción ni arreglo a otras necesidades que no sean las de cada productor procurar su propia avenida hacia el lucro y en enriquecimiento, la economía socialista parte de atender las necesidades básicas del país y de sus ciudadanos mediante el método de la planificación, a corto, mediano y largo plazo, lo que en el caso cubano se hace, conforme al desarrollo de Planes Quinquenales.
El documento de Lineamientos, además, señala como conquistas de la Revolución el acceso de la población a la atención médica, a la educación, a la cultura, al deporte, a la recreación, a la seguridad social y a la protección mediante la asistencia social a las personas que la necesiten. ¿Qué significa esta afirmación”. Significa que en la planificación del desarrollo del país, no obstante la racionalización de los recursos, no se implantarán políticas de choque, al estilo de las medidas neoliberales a las que el capitalismo nos ha pretendido acostumbrar en las pasadas décadas colocando sobre los hombros de la clase trabajadora, las crisis de sobre producción y crisis financieras, provocadas por el afán de lucro y ganancia, en menoscabo de las necesidades básicas de la población.
Ciertamente, a diferencia de los países desarrollados, Cuba es un país en vías de desarrollo, construyendo una revolución socialista dentro de las más difíciles condiciones impuestas por el imperialismo estadounidense, las cuales vienen a agravarse como resultado del Bloqueo y la aplicación al país de leyes con efecto extraterritoriales. Con lo que en Estados Unidos desperdicia y se prefiere destruir antes que distribuirlo socialmente entre su población más necesitada, en Cuba, como en otros países en desarrollo, podrían atenderse necesidades básicas de consumo para su población. Por eso la racionalidad en el uso de los recursos del país y la maximización de la producción para la sustitución de importaciones constituye un reto que es necesario asumir. Para ello, en las presentes condiciones, se plantea reconocer, además de las empresas socialistas como forma principal de economía, las empresas de capital mixto, las cooperativas, los usufructuarios de tierras, los arrendadores de establecimientos, los trabajadores por cuenta propia y otras formas que contribuyan a la eficiencia del trabajo social.
Esta última aproximación abre un mundo de opciones para el desarrollo económico, para progresar en los esfuerzos de atender de manera más eficiente las necesidades de una población cada vez más exigente desde el punto de vista del reclamo de sus expectativas de calidad de vida, aunque también requiere, si se quiere mantener la esencia de una propuesta alterna a la anarquía de la producción capitalista y al menoscabo de las necesidad se sociales más inmediatas, mecanismos eficientes de control en la producción y sobre todo, en la distribución social de la riqueza. Por eso, Cuba plantea un modelo de apertura económica sin pagar las consecuencias del regreso al capitalismo salvaje que nos vende desde la otra orilla las políticas neoliberales.
Manuel Alberto Ramy, periodista cubano, editor de la versión en español de Progreso/ Weekly Semanal quien ha dedicado varios escritos y entrevistas a este tema nos dice que los cambios propuestos ciertamente han generado alguna incertidumbre, tanto por el número de personas que podrían ser desplazados de sus empleos con un apoyo económico inicial por tiempo determinado, como por la capacidad real del país de asumir mediante las medidas propuestas de empleo por cuenta propia y otras la sustitución de los empleos. Sobre el particular, dice: “No son pocos los analistas y periodistas que han interpretado las recientes medidas como de corte capitalista. Hay mecanismos e instrumentos económicos que son válidos para cualquier sistema. Existen países altamente industrializados y capitalistas, donde, por ejemplo, el sistema de salud está socializado– EE.UU., no– y por esta política no pueden catalogarse como socialistas. El hecho de que el proyecto cubano ahora eche mano a algunos mecanismos, como el de ir reconociendo el papel del mercado,– aspecto que no negaron los teóricos del marxismo y del socialismo– o permitir a los privados la contratación de fuerza laboral, no permiten calificar al proceso que vive la isla como regresionista. La definición del carácter de un sistema reside en su esencia.”
Nos parece que las experiencias de otros países en América Latina en el proceso de construcción del socialismo, particularmente la construcción del llamado socialismo del Siglo 21 en Venezuela, ha incorporado nuevos elementos en el desarrollo de la Revolución Cubana. En adelante, ya no podrá hablarse de la exportación de la Revolución Cubana, sino de la complementaridad entre los pueblos de América Latina en la construcción de sus opciones de socialismo en sus respectivos países. De hecho, si alguna duda había, basta examinar el contenido del discurso del Presidente cubano Raúl Castro el pasado 8 de noviembre en ocasión del Décimo Aniversario del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, cuando manifestó: “Nos encaminamos a la Unión Económica entre Cuba y Venezuela bajo un nuevo tipo de relación que posibilitará un mayor ordenamiento, racionalidad y eficiencia de los proyectos conjuntos y que constituye, al mismo tiempo, un importante paso hacia el objetivo de lograr la verdadera complementaridad económica, basada en el aprovechamiento óptimo de la infraestructura, el conocimiento y los recursos existentes en ambos países y, sobre todo, en la voluntad política de nuestros gobiernos.”
Lo que se discuta en Cuba repercute en los debate nacionales que deberemos asumir todos los que durante las pasadas décadas hemos sostenido la defensa de la Revolución Cubana, sus conquistas sociales y su ejemplo para otros procesos revolucionarios a escala mundial. Es por ello que tal debate, tan de los cubanos como de nosotros, debemos asumirlo en la perspectiva de superar aquellas deficiencias u obstáculos que se interpongan en el camino de avance y consolidación de la lucha de este pueblo hermano estando siempre prestos, desde esta otra ala del pájaro, a extender nuestra mano solidaria.
24 de noviembre de 2010
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