Naomi Klein sostiene que el  "capitalismo del desastre" es un tipo de capitalismo que saca partido —y beneficios— de  los  desastres, o más precisamente, del  shock que entre las poblaciones engendran los desastres (naturales, como el Tsunami de hace años en Sri Lanka,

o la inundación de Nueva Orleáns causada por Katrina; o político-sociales, como la llamada crisis económica causada por la recesión y por el déficit financiero de $3,200 millones que “encontró” Fortuño a su llegada a la gobernación). Con ello Fortuño justificó la aprobación de la Ley de Emergencia Fiscal, de la que se agarró para despedir casi 30,000 empleados gubernamentales.

En general, el aparato gubernamental saca partido –y beneficios— de toda crisis, natural o provocada, para lograr promover a su vez políticas ultra radicales de shock, favorables a la contrarreforma neoliberal.

Klein sostiene que ese capitalismo salvaje utiliza constantemente la violencia, el choque, y pone al descubierto los hilos que mueven las marionetas tras los acontecimientos más críticos de las últimas cuatro décadas. Klein demuestra que el capitalismo emplea constantemente el atropello, la agresión, el terrorismo contra el individuo y la sociedad. Lejos de ser el camino hacia la libertad, se aprovecha de las crisis para introducir impopulares medidas de choque económico, a menudo acompañadas de otras forma de shock no tan metafóricas: el golpe de la porra de los policías, las torturas con electroshocks o la picana en las celdas de las cárceles.

La Universidad de Puerto Rico es uno de esos espacios de libre pensamiento que no es del agrado de los ideólogos del capitalismo salvaje. Al recortarle fondos mediante la aprobación de la ley 7, la crisis era anticipable. También era predecible que el estudiantado no iba a aceptar pagar los platos rotos, lo que generaría paros y protestas. Si la administración es capaz de mantener la inestabilidad por un tiempo suficiente, esto provocaría un éxodo importante de estudiantes hacia universidades privadas, lo que justificaría la congelación de plazas de profesores, así como el cierre, consolidación o venta de algunos recintos. Si la inestabilidad y el caos ocasionado eran suficientes, ello permitiría la derogación de la política de no confrontación y llamar a la policía a tomar los recintos para “restablecer el orden” y de paso limitar las libertades de expresión y asociación existente en la Universidad del Pueblo. De esta manera se atemperaría la Universidad de Puerto Rico con los estilos de funcionamiento de las universidades estadounidenses, fábricas de diplomas donde no se promueve o mejor aún, se desalienta el debate de ideas.

El Shock causado por el desastre universitario serviría además como cortina de humo para mantener distraído al país mientras los ideólogos del neoliberalismo impulsan proyectos de importancia para sus intereses estratégicos.  Tal es el caso del Gasoducto del sur, centro y norte, del que hemos sido objeto de una brutal  campaña mediática, de millones de dólares, para que nos creamos el cuento de la Vía Verde. Y mientras más gasoductos explotan en el mundo, y mientras las propias agencias federales, como Pesca y Vida Silvestre, expresan sus objeciones, más millones de dólares le meten a la campaña de anuncios en todos los medios a su alcance.

Simultáneamente el gobierno nos ofrece una nueva versión del Corredor Ecológico del Noreste. Con la “re conceptualización” del Corredor Ecológico, autorizan la construcción de apartamentos, hoteles y centros comerciales en lugares antiguamente protegidos, para beneficio de amigos y contribuyentes de Fortuño. Y nos dicen desde Fortaleza, de forma engañosa, que van a triplicar las aéreas protegidas, al incluir terrenos que no tienen importancia ecológica en los que ya existen carreteras y comunidades e incluso, incluyen una considerable extensión de mar  para poder decir que ahora hay más área protegida que antes.

Mientras Chicky Star hacía de las suyas en la Universidad, el Tribunal Supremo de Puerto Rico eximía al Gobierno de la necesidad de probar el fin público de una expropiación, poniendo a merced de los alcaldes el poder de expropiar una comunidad sin explicación alguna, otro de los objetivos estratégicos de los especuladores de terrenos, aliados de este gobierno y promotores de la Doctrina del Shock.

Son muchas y simultaneas las instancias en que este Gobierno defensor del capitalismo salvaje está adelantando su agenda utilizando el estado de Shock en que se encuentran grandes sectores del país y aprovechando el disloque causado por ellos mismos en la Universidad para distraernos mientras cometen todo acto de fechorías contra los intereses nacionales y de nuestro pueblo.

No podemos permitir, los que no estamos en shock y los y las que van despertando, que continúe adelante el perverso plan de desmantelamiento de la universidad del pueblo, como tampoco vamos a permitir que el futuro de las comunidades pobres y de la Madre Tierra se siga afectando con estas acciones salvajes del gobierno fortuñista.

El lunes 10 de enero conmemoraremos el natalicio de Eugenio María de Hostos en su ciudad natal, Mayagüez. En el Centro Cultural de esa ciudad, el MINH  dedicará los actos a las comunidades en lucha contra el Gasoducto y tendremos un importante mensaje de la juventud que lucha por una Universidad democrática y para el Pueblo.

El año 2010 termina en lucha por nuestros derechos ciudadanos y por los derechos de la Madre Tierra. Y así mismo comienza el nuevo año 2011. Te esperamos en Mayagüez el 10 de enero a las dos de la tarde para escuchar el mensaje de nuestra organización, afinar nuestra estrategia de lucha y disfrutar de un excelente acto cultural.