Escrito por Héctor L. Pesquera Sevillano / Copresidente del MINH
Se va Fraticelli. Algunos buenos amigos sugieren que el día que se vaya hagamos una fiesta, con panderos y algarabía. Yo pienso que la salida de Fraticelli de Puerto Rico no va a significar ningún cambio sustantivo para Puerto Rico.
Después de Fraticelli vendrá uno igual o peor. La enfermedad no está en la sabana. Habremos de festejar el día en que el FBI cierre las cuatro oficinas que operan en la Isla y que eso signifique el fin de la era colonial y de la presencia del Tribunal de Estados Unidos en Puerto Rico.
La agenda de trabajo del Agente Especial a cargo del FBI Luis Fraticelli se puede resumir en dos objetivos fundamentales y aparentemente contrarios: reprimir al movimiento independentista y descarrilar las posibilidades del anexionismo en Puerto Rico. Esa agenda no es personal o de iniciativa propia, sino que es la directriz recibida de las más altas esferas de esa agencia policiaca federal. Veamos.
El asesinato de Filiberto Ojeda Ríos y todo el operativo mediático para proyectarlo como un terrorista peligroso, así como el arresto de Avelino González Claudio y de su hermano Norberto, clasificándolos como terroristas domésticos después de 25 años de inactividad, cumple con ambos objetivos de la agencia. De una parte, reprime a un sector del patriotismo puertorriqueño y simultáneamente, envía un mensaje al pueblo estadounidense y a los congresistas de ese país de que en Puerto Rico hay terroristas peligrosos en cada esquina, por lo que la anexión de Puerto Rico como estado es un asunto muy sensitivo para la “seguridad nacional”. Tomemos nota de sus declaraciones al anunciar su partida sobre la existencia de “una nueva cepa de Macheteros” en Puerto Rico.
Durante el juicio que se siguió contra el entonces gobernador Aníbal Acevedo Vila, las constantes filtraciones de información lo iban debilitando y minando sus posibilidades como candidato. Recordemos que Aníbal hablaba de la necesidad de poderes soberanos para Puerto Rico y de desarrollar el ELA en esa dirección. Una vez más, proyectando que en Puerto Rico hasta los gobernadores son corruptos, se cumplían ambos objetivos: descarrilar las tímidas expresiones de cambio expresadas por el candidato y alertar al pueblo estadounidense sobre lo nefasto de un socio corrupto.
Durante su despedida Fraticelli recalcó que Puerto Rico es la jurisdicción donde más corrupción de cuello blanco había en todo Estados Unidos. Según informes del FBI, Puerto Rico es la jurisdicción más peligrosa donde pueda trabajar un agente de esa agencia.
Durante su incumbencia, Fraticelli orquestó el operativo contra la Policía clasificado como la redada más grande contra agentes del orden público en la historia de Estados Unidos. Decenas de policías fueron entrampados por otros agentes de la Policía para recibir sobornos para que se hicieran de la vista larga ante supuestos cargamentos de droga que llegarían a la Isla. Todo era un montaje. Ni había cargamento, ni existía una organización de traficantes y muchos de los policías alegan que fueron inducidos y entrampados por los agentes del FBI. El resultado: por todo Estados Unidos circuló la noticia de que en Puerto Rico la Policía es corrupta y colabora con los narcotraficantes.
¿Quién en Estados Unidos favorecería la incorporación de un narcoestado, donde pululan narcolegisladores, empresarios y gobernadores corruptos, acompañados por peligrosas redes terroristas que se renuevan con nuevas cepas macheteras?
Todo parece indicar que la función antes desempeñada por la Marina de Guerra de Estados Unidos desde Roosevelt Roads, de evitar cambios en la condición colonial de Puerto Rico, ahora la ejerce directamente el FBI. No desean cambio en ninguna dirección. Están muy bien con la colonia, tal y como está. El próximo que venga a dirigir esa agencia llegará con instrucciones de perpetuar el colonialismo, defender los intereses económicos de Estados Unidos en la Isla y afirmar con sus acciones que aquí, quienes mandan son ellos, no importa el gobernador que elijamos o las leyes que aprobemos los puertorriqueños.
Por eso no hay nada que celebrar con la salida del vendepatria Fraticelli. Otro u otra vendrán con funciones similares. El fin del colonialismo y la independencia de la Patria será lo único que impedirá que elementos como éstos le sigan faltando el respeto al pueblo y ofendan la dignidad de nuestra gente.
¡Fuera el FBI de Puerto Rico!
*El autor es médico, Copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano y miembro de la Junta Directiva de CLARIDAD.
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