Una de las aportaciones más valiosas de los últimos años de lucha por la paz y la desmilitarización de la Isla Nena—de 1999 a 2003— fue la preparación de Guías de desarrollo sustentable para Vieques. Fueron producidas por el Grupo de apoyo técnico y profesional que coordinó el planificador José Rivera Santana. Tan completas eran las Guías, que después de mayo de 2003 sirvieron de base para la elaboración del Plan maestro para el desarrollo sustentable de Vieques y Culebra. El mismo fue aprobado por la entonces gobernadora Sila Calderón en diciembre de 2004. Pero luego su sucesor, Aníbal Acevedo Vilá, lo engavetó.

El grupo de especialistas en diversos campos que produjeron esas Guías, tuvo como meta el diseño de un plan de desarrollo integral para Vieques “después de la Marina”. Atiende los asuntos principales relacionados con economía, ambiente, calidad de vida, transporte, contaminación, comercio, vivienda, educación, salud, desarrollo cultural y otros. Su gran objetivo es que Vieques alcance el mayor grado posible de autogestión económica y social, la mayor planificación del territorio y sus recursos y el desarrollo más integrado que propenda a la felicidad y a la vida plena que tanto merece el pueblo viequense.

Mientras estas Guías y el Plan maestro tan valiosos han sido engavetados, en fecha reciente ha resurgido la propuesta de algunos de construir un puente entre Vieques y Puerto Rico.

Ese asunto va más allá de la mera edificación de una estructura de concreto y varilla. Incluso va más allá de Vieques. Tiene que ver directamente con lo que este gobierno privatizador y entreguista pretende hacer con la Isla Nena, Culebra y Roosevelt Roads.

Persigue el propósito de convertir esa región tan hermosa y cargada de historia en un emporio de megahoteles, megacasinos, megamarinas y mega todo lo que se antoje al puñado de megamillonarios del planeta que se convertirían en dueños de ese pedazo de patria, mientras los puertorriqueños todos seríamos reducidos a la condición de sirvientes y extraños  en nuestra propia tierra.

Simultáneamente,  se han reanudado las protestas por el servicio tan deficiente de lanchas que une a Culebra y Vieques con la Isla Grande. ¿Es esa una crisis real o se trata de una situación prefabricada para provocar angustia en la comunidad de estas islas-municipio, desprovistas de tantas facilidades que sólo pueden satisfacer a duras penas y en difíciles condiciones, viajando a Puerto Rico? ¿No se estarán creando ficticiamente las condiciones para que la población viequense reclame a gritos la construcción de dicho puente, pensando que así se resuelven sus problemas?

¿Qué es lo que necesitan los viequenses, un puente para venir a la Isla Grande a resolver lo que no pueden resolver en su isla, o que se eleven las condiciones de vida de esa comunidad en su entorno geográfico y existencial, allí mismo, en su barrio, en su comunidad?

Si se implementaran la Guías de desarrollo sustentable para Vieques y el Plan maestro, la comunidad viequense no tendría prácticamente ninguna necesidad de viajar a la Isla Grande. Vieques se convertiría en uno de los pueblos más prósperos de Puerto Rico.

Si a Vieques llega trabajo para hombres y mujeres, un buen hospital con todo, entretenimiento para niños, jóvenes y adultos, mejoramiento de escuelas y de la educación, conservación del ambiente y limpieza de las áreas contaminadas por la Marina, transporte público planificado a través de toda la isla, devolución de las tierras todavía ocupadas por los federales para uso del pueblo, desarrollo y modernización de la pesca en manos de los pescadores viequenses, desarrollo turístico planificado…¿qué necesidad tendrían los viequenses de recurrir desesperados a la Isla Grande? Ninguna.

Esas medidas, además de justas, le costarían mucho menos al gobierno que el mentado puente.

No, el puente como está concebido no es para resolverle nada a los viequenses. No está pensado para ellos. Está calculado para los Donald Trump de la vida, para los ricachones que siempre han soñado con ser dueños de la Isla Nena, de sus playas, de su geografía alargada.

El puente está diseñado para que los viequenses se vayan—como han tenido que ir yéndose desde hace décadas— y para que los inversionistas extranjeros entren y se queden con todo.

En vez de estar enbelequeando con puentes que no conducen a ningún buen lugar, lo que hay que hacer de inmediato es retomar las Guías de desarrollo sustentable para Vieques y el Plan maestro, e implementarlos. De esa manera se comenzarían a resolver de verdad los numerosos problemas de esta comunidad que, en justicia, ha debido ser reivindicada hace mucho tiempo.

Esa es la verdad, monda y lironda

*Publicado en el semanario CLARIDAD, edición 3000, 2 al 8 de septiembre de 2010.