Escrito por Julio A. Muriente Pérez / Copresidente del MINH
Opinión sobre el acto celebrado por el PPD hoy 6 de marzo de 2011 en Humacao, para anunciar la candidatura de Alejandro García Padilla a la gobernación en las elecciones de 2012
Para los organizadores, ha de haber sido un acto exitoso en el sentido estrictamente partidista, mediático y coyuntural. Han de estar satisfechos por haber movilizado al “corazón del rollo” luego de la desastrosa derrota electoral de 2008, por haber captado la atención general del País, e iniciado la campaña electoral de 2012, a 20 meses de distancia.
Yendo a lo sustantivo—es decir, del “frosting” al bizcocho propiamente dicho, que es después de todo lo que importa o debiera importar— había quienes esperaban un mensaje trascendental del candidato, que además asume la presidencia del PPD. Los sensatos y razonables entre estos, deben sentirse frustrados y decepcionados. Para quienes no cayeron en el operativo mediático, no debe haberles sorprendido su alcance limitado.
La gran debilidad del discurso de Alejandro es que no hay correspondencia entre las denuncias que hace sobre la situación del País (con las cuales en términos generales podemos coincidir) y las que, según su opinión, son las causas de las mismas y las alternativas que propone.
El talón de Aquiles del discurso de Alejandro es que se conforma con atacar los desmanes de Fortuño y el PNP, pero a la hora de ofrecer alternativas obvia el hecho contundente e irrefutable de la condición política colonial como gran limitación. Ya lo ha dicho antes, que le ofende que llamen colonial al ELA. Por aún, nos convoca a regresar a los orígenes, evadiendo todo juicio crítico de lo que han sido las pasadas seis décadas.
Todos y todas coincidimos en mayor o menor medida en que la sociedad puertorriqueña se encuentra en condiciones precarias, en lo económico y lo social, en calidad de vida, desempleo, caos urbano, destrucción ambiental, juventud, violencia, drogas, etc. Muchos de nosotros coincidimos en el grado de perversión y maldad que ha distinguido a la administración Fortuño-PNP, más allá de que sean anexionistas. Podemos coincidir en que la administración Fortuño-PNP ha contribuido a precipitar la crisis económica y social que sufre el País, con la imposición de su visión neoliberal-entreguista y fascista-represiva de la sociedad. Podemos coincidir en que la violencia campea por sus respetos, que el narcotráfico se ha adueñado de Puerto Rico y que esta situación es insostenible.
Para mí, como para muchos y muchas, la administración Fortuño-PNP es una desgracia. Pero hay una desgracia mayor, que es el colonialismo. Es decir, la subordinación política y la falta de poderes para tomar decisiones en beneficio del pueblo sin estar sometido al tutelaje extranjero.
Si bien es cierto que la situación se ha agravado durante los pasados dos años, muchos de los problemas que enumeró Alejandro no surgieron con la administración Fortuño-PNP, sino mucho antes.
La crisis económica, la pérdida de decenas de miles de empleos, el empobrecimiento generalizado y la crónica dependencia económica; la falta de productividad, etc., forman parte del agotamiento del modelo económico del ELA, que se inició en la década de 1970. Es el modelo “Operación Manos a la Obra/Ley de incentivos industriales 1947, y no Fortuño, el que nos ha traído hasta aquí. Ellos ciertamente han agravado en los pasados dos años lo que estuvo mal hecho desde su origen. Pero la destrucción de la agricultura y la entrega de las tierras fértiles a los mal llamados desarrolladores para que las sepultaran bajo el cemento y la brea, comenzó a darse aceleradamente desde que el PPD tomó las riendas de la administración colonial en la década de 1940. La falta de poderes para desarrollar una industria pesquera, o para comerciar con otros países, o para utilizar una marina mercante más barata, o para producir lo que sea sin la amenaza de que los mercados sean saturados con productos extranjeros sin que podamos evitarlo, eso es el ELA, no es Fortuño y el PNP. Fortuño, que después de todo no pasa de ser un gobernador colonial del ELA, como los otros. Sólo que más perverso y destructivo.
El crecimiento del narcotráfico como actividad económica está en relación directa con la crisis económica del ELA y con la falta de poderes del ELA para asegurar la protección del espacio aéreo, marítimo y terrestre, en manos de los federales desde la invasión de 1898. La medicación de la droga por sí sola no es solución a ningún problema, mientras no podamos impedir que Puerto Rico siga siendo puente hacia el mercado más numeroso y lucrativo (EUA), mientras no podamos decidir quién entra y sale del País y mientras el modelo económico agotado sólo ofrezca como opción el desempleo, la emigración, el ejército o el punto.
La ley universitaria, retrógrada y antidemocrática que legitima los desmanes que se cometen en la UPR bajo el gobierno Fortuño/PNP, se aprobó en 1966, bajo la administración de Roberto Sánchez Vilella y el PPD. El PNP ni siquiera existía entonces. Luego, bajo el gobierno de Sila y el PPD, con el control de Cámara y Senado, tuvieron la oportunidad de crear una nueva ley, superior a la vigente, y no lo hicieron porque nunca creyeron—ni creen hasta ahora— en la democracia participativa de los universitarios. Por cierto, el prominente miembro fundador del ELA y miembro del PPD, Jaime Benítez era el presidente de la UPR en 1970, año en que fue asesinada la estudiante Antonia Martínez Lagares y en 1971, cuando la Fuerza de Choque invadió el recinto de Río Piedras, (bajo la administración Ferré-PNP) con un balance de tres muertos y decenas de heridos. El estadolibrista Benítez tuvo responsabilidad directa en la petición para que la policía invadiera la Universidad esos dos años con las trágicas consecuencias que conocemos.
Pretender hacer afirmación puertorriqueñista intercalando en el discurso canciones patrióticas interpretadas por independentistas es un ejercicio fraudulento, un intento de populismo de bajo perfil que no convence a nadie. Decir que la ideología del PPD es “la gente” es un disparate que nadie entiende y que en todo caso delata el intento demagógico de pintarse defensor de los intereses de la mayoría históricamente empobrecida y maltratada por el ELA, y no sólo por Fortuño y el PNP. Invitar a quienes no son miembros del PPD a su “casa grande” así como si nada, es desconocer las profundas diferencias de análisis histórico y sobre todo de alternativas, que existen en esta sociedad nuestra y sobre todo la profunda frustración y desencanto de gran parte de la población con el ELA/PPD.
Lo que Alejandro y los suyos parecen no comprender a estas alturas, es que el status político no es algo separado de la economía, la calidad de vida, la salud, la educación, el ambiente y la cultura. El status político es todo eso y es la vida toda, es la manera cómo se hacen las cosas, cómo se deciden las cosas, cómo se resuelven las cosas, en una sociedad. Todas las cosas, las políticas y las no políticas, no simplemente el himno, la bandera y los días feriados; para lo cual hace falta, primero que todo, poder
Es evidente que la forma y manera como se han hecho las cosas durante las pasadas seis décadas ha fracasado. O sea, el ELA ha fracasado. Alejandro y sus seguidores pueden jugar a la negación, pero es así de cierto.
Si el PPD ganara las elecciones de 2012 habríamos salido de los perversos del PNP, pero la crisis del ELA se mantendría inalterada. Ahí es que está la clave. A la denuncia de los anexionistas-fascistas hay que acompañar la denuncia de la crisis del ELA y hay que proponer alternativas de futuro, de mejoría, de solución a problemas que deberán pasar, inexorablemente, por el reclamo de poderes para que sea posible hacer las cosas como deben ser. Sino, ¿para qué proclamarse creyente en la asamblea constitucional de status, para dejar todo como está?
Alejandro y los suyos le huyen al reclamo de poderes como el diablo a la cruz. Por eso, podría triunfar en la cosa chiquita, ganar unas elecciones, pero fracasaría como gobernador, pues sería un gobernador colonial más. Eso no es lo que necesita Puerto Rico.
En fin, que a partir de hoy tenemos un candidato colonial más a la gobernación, físicamente joven y “hermoso” e ideológicamente viejo e impertinente. Esa es la noticia trascendental del día. Nada halagador. Nada sorpresivo, en verdad.
Columnas
- La elección del Donald Trump
- Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2024 condenando el Bloqueo a Cuba
- Las elecciones presidenciales en Uruguay: el Frente Amplio se enfrenta al Partido Nacional en una segunda vuelta
- La XVI Cumbre del BRICS realizada en la Federación de Rusia
- El “Conflicto” y el “Cambio”: retos y transformaciones de lucha ante la ofensiva neoliberal del capital