Han sido días intensos en nuestro trabajo internacional a favor de la autodeterminación e independencia de Puerto Rico.

A mediados de mayo compartimos con centenares de representantes de organizaciones amigas de América Latina y el Caribe, en el XVII Encuentro del Foro de Sao Paulo, celebrado en Managua. Allí se escucharon con fuerza múltiples expresiones de solidaridad con nuestra causa; y con la misma fuerza nos manifestamos nosotros en respaldo a las luchas que se libran hoy en nuestro subcontinente.

En Managua, sostuvimos encuentros con importantes dirigentes de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Brasil, México y otros tantos países. Allí saludamos al Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y supimos del pronto retorno a su país, del que había sido expulsado por civiles y militares golpistas, hace casi dos años.

De regreso a Puerto Rico, tuvimos que volver a hacer maletas para iniciar una visita a La Habana, que había sido programada hace meses. Sólo que decidimos modificar de un día para otro la ruta y llegamos a Tegucigalpa, a tiempo para participar en el recibimiento multitudinario del que fuera objeto el Presidente Zelaya en la tarde del sábado 28 de mayo.

Allí flotó la monoestrellada y pudimos estrechar la mano de Zelaya en nombre del Movimiento Independentista Puertorriqueño.

Llegué a La Habana el domingo 29 en la noche y desde entonces se han sucedido reuniones, encuentros, conferencias, entrevistas y recepciones en las que les he hablado a centenares de personas ávidas de conocer sobre Puerto Rico y su lucha. Quieren saber de todo: de la huelga universitaria, de la visita de Obama, del caso de Puerto Rico en la ONU, de la situación económica, de Oscar López; en fin, de todo.

Entre los encuentros más importantes debo mencionar el que sostuviera con un grupo de familiares de los cinco ciudadanos cubanos presos en cárceles estadounidenses por el único delito de defender la soberanía e integridad de su país. Allí surgió con fuerza solidaria el concepto de “la lucha por los nuestros” en referencia a los prisioneros cubanos y a los prisioneros políticos puertorriqueños. Es un mismo reclamo, es una misma lucha por la libertad.

Esta visita a Cuba, colmada de actividades diversas de principio a fin, sirvió para reafirmar el compromiso solidario que une a revolucionarios cubanos e independentistas puertorriqueños. Así fue subrayado en los calurosos encuentros sostenidos con Ricardo Alarcón y José Ramón Balaguer, importantes dirigentes del Partido y Gobierno de Cuba y aliados incondicionales de nuestra causa.

La agenda internacional de la lucha de independencia continuará durante las próximas semanas. Hacemos todos los esfuerzos conducentes a que miles de compatriotas participen en las protestas anunciadas por la visita de Barack Obama a Puerto Rico, el próximo 14 de junio. Es una ocasión que no puede pasar inadvertida para denunciar la condición colonial vigente, la reafirmación de nuestra Patria como nación caribeña y latinoamericana y para reclamar la liberación de Oscar López y los demás prisioneros políticos puertorriqueños.

Pocos días después, el 20 de junio próximo, se volverá a discutir el caso colonial de Puerto Rico ante el Comité de Descolonización de la ONU. Se anticipa la aprobación de una abarcadora resolución, que será radicada por varios países de Nuestra América.

Los días 5 y 6 de julio se constituirá en Caracas la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, CELAC. Ésta es una iniciativa continental de enorme trascendencia. El objetivo consiste en generar un espacio común de los pueblos de Nuestra América sin la injerencia de Estados Unidos, que desplace a la muy desacreditada Organización de Estados Americanos (OEA).
Aspiramos a que si de veras quiere la CELAC marcar diferencia, haga la más severa denuncia del colonialismo prevaleciente, sobre todo, en el Caribe y que se disponga a aceptar la participación de Puerto Rico en lucha a nivel de observador en la nueva organización.

Todo esto ocurre mientras la ONU ha proclamado los años 2011-2020 como la Tercera década por la erradicación total del colonialismo.

De manera que, al esfuerzo que desarrollamos para las protestas del próximo 14 de junio, a los avances alcanzados en nuestra lucha contra el gasoducto y a las decisiones que deberemos tomar sobre la nueva oleada de falsos plebiscitos que se avecina, sumamos este esfuerzo continuo en diversas partes del continente.

Porque la solidaridad internacional y el trabajo a nivel nacional van tomados de la mano, en la ruta hacia la autodeterminación, la independencia y la libertad.

* El autor es profesor universitario y Co-presidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano.