El 20 de enero de 1914 nació Oscar Collazo, patriota puertorriqueño que estuvo 29 aňos presos por su defensa de la libertad. Su fe en el futuro se basaba en su fe en la juventud:

"¿Mi opinión de la juventud? Pues que está reviviendo un mundo que los viejos le iban a dejar en ruinas, dislocado e inhóspito, en el que sólo se mide el valor material de las cosas; lleno de egoísmos, avaricias, lujurias, falsos valores e hipocresía. Tengo para mí que la juventud que sube es la esperanza de un mejor futuro. Me impresionan sobre todo su espiritualidad, su sinceridad en la exposición de sus ideas y su naturalidad..”

En el 1969 Oscar ya sabía la importancia que tendría en el futuro el desarrollo tecnológico en las posibilidades de luchar de los jóvenes y lo anticipó, así como la importancia que cobraría la lucha contra la desigualdad económica que hoy vemos librarse en América Latina:

‘'...El mundo que pronto dejaremos nosotros y que pasará a manos de nuestros hijos será uno de un progreso material extraordinario y solo podrán sobrevivir en él aquellas personas que se hayan preparado para desenvolverse en su ambiente complicado de tecnología y electrónica. Pero lo más maravilloso de ese mundo será que las generaciones nuevas no son conformistas. Ellos quieren limpiar la sociedad de toda esa hipocresía y todos esos vicios encubiertos y crear un mundo apto para la convivencia humana. Sobre todo, ellos son conscientes de que la riqueza del mundo está mal distribuida y están ya mismo sentando las bases para una sociedad igualitaria.”

En la vista de sentencia en que se enfrentaba a la pena de muerte por el ataque a la Casa Blair el 1ro. de noviembre de 1950 por el cual fue acusado de tentativa de asesinato contra el Presidente Truman, se negó a pedir clemencia. El Juez asombrado le preguntó si había entendido bien que no estaba pidiendo clemencia, y éste le contestó: “No estoy suplicando por mi vida. …Uso esta última súplica por el derecho de mi patria a ser libre…, pongo mi vida en sus manos, no tengo más que decir.”