Nunca esta vieja y entrañable relación se ha visto tan fortalecida como ahora, precisamente en los momentos en que el proyecto nacional venezolano, acosado por una feroz campaña internacional, reafirma su compromiso con las causa justas de Nuestra América y concretamente con la de Puerto Rico.

Con motivo del aniversario del Grito de Lares y del asesinato de Filiberto Ojeda se han celebrado en Caracas sendas jornadas de solidaridad con Puerto Rico que han tenido como escenario la Casa José Martí y la Casa Andrés Bello.

En la sede martiana, los historiadores José Ignacio Jiménez y Marcos Fuenmayor hablaron de los antecedentes históricos que dieron origen el Grito de Lares y su relación con las otras luchas independentistas del continente.

Jiménez hizo una apretada descripción de la situación actual de Puerto Rico, subrayando la crisis fiscal que embarga a la isla y amenaza la vida y económica y el bienestar de los puertorriqueños, afirmando que “este impasse no es más que la natural consecuencia de más de un siglo de colonialismo”. Asimismo, recalcó que “el movimiento independentista se unía al reclamo de la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe para que los imperialistas salgan de nuestra región”. Continuó diciendo que los puertorriqueños los hicieron retroceder en Vieques y que Puerto Rico ha sabido mantener intacta su identidad histórica, a pesar de más de un siglo de colonialismo, que ha intentado sin éxito su asimilación y transculturización.

Inmediatamente tomó la palabra Fuenmayor, quien hizo un exhaustivo y acucioso relato del Caso de Puerto Rico en las Naciones Unidas, deteniéndose en los aspectos jurídicos y la paulatina evolución del mismo, denunciando que “el status colonial de Puerto Rico es incompatible con el actual desarrollo del Derecho Internacional Público que desde 1945 reconoció las Nacionales Unidas”, …el principio de que los intereses de esos territorios están por encima de todo.

La camisa de fuerza fiscal impuesta por Washington a los puertorriqueños y la Ley de Cabotaje que limita el desarrollo de la economía isleña, dijo Fuenmayor, violan los principios enunciados por la Carta de las Naciones Unida y remarcan la sumisión colonial de Puerto Rico. El historiador venezolano concluyó diciendo que los Estados Unidos, interesados en eliminar los imperios coloniales europeos, promovieron la “independencia política” de los territorios no autónomos  como una fórmula para mantener su propia colonia, sacándose de la manga al ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO.

El acto de solidaridad con la independencia y soberanía de Puerto Rico en la Casa Martí contó con la presencia del Embajador de Cuba en Venezuela, Rogelio Polanco. EL diplomático cubano pronunció un encendido discurso en el que resaltó los compromisos históricos y morales de su país con la causa puertorriqueña los cuales calificó de irrenunciables y principistas, inspirados en los mismos orígenes y entrañas de la lucha independentista iniciada por Martí y Betances.

La Casa Andrés Bello, adscrita al Ministerio Bolivariano del Poder Popular para la Educación, también se unió a la celebración del aniversario de Lares y de la muerte de Filiberto.

Se efectuó un concurrido acto político- cultural que comenzó con un documental biográfico sobre el luchador puertorriqueño, seguido por un mensaje hablado de Oscar López Rivera.

Con motivo de esta jornada de solidaridad venezolana-puertorriqueña, el activista pro independencia de Puerto Rico, Roso Grimau, resumió el historial de la solidaridad del proceso bolivariano con nuestra causa, recordando las marchas y actividades públicas que han tenido lugar en esta capital gracias a las iniciativas y trabajo de las organizaciones políticas y sociales, como la que el dirige, el Comité de la Solidaridad Internacional, en donde siempre se ha incluido a nuestra isla en la agenda inconclusa de Bolívar.

De especial interés fue la intervención de Luis de Jesús, joven periodista y presentador puertorriqueño de los programas de noticias de Telesur. De Jesús habló extensamente del papel de Filiberto y de Oscar en nuestra lucha, ofreciendo una extensa crónica de la vida de ellos en la cual resaltó el heroísmo y la valentía de estas figuras.

El conferenciante boricua hizo un completo análisis del papel desempeñado por los hombres y las mujeres de nuestra isla, a través de la historia, y logró, con su entusiasta y aleccionadora intervención,  contagiar al público presente con los retos y aspiraciones del pueblo puertorriqueño, en los cuales los ejemplos de estos dos gigantes siempre ocuparán un lugar destacado.

El acto músico-cultural que acompañó el evento  revistió memorables momentos emocionantes, a saber, cuando Sandino, hijo del cantautor Alí Primera, interpretó  piezas alusivas a las luchas de Nuestra América. Otro artista presente arrancó aplausos y lágrimas cuando se cantó BORICUA EN LA LUNA, de Juan Antonio Corretjer. Al final, tres cantantes junto al público, cantaron al unísono conocidas melodías venezolanas alegóricas a Puerto Rico.