Escrito por Marcos Pastrana Fuentes / Claridad
Impresionaba la cantidad de información que acompañaba su oratoria. Aquellos discursos brillantes sólo podrían compararse con los tiempos y movimientos de una sinfonía clásica.
Eran didácticos, vibrantes, podían enternecer o encender emociones. Con sus escritos ocurría exactamente lo mismo. ¿Cómo podía Juan Mari Brás acumular tantos conocimientos y expresarlos de manera tan estructurada? Es necesario, para comenzar, contar con una mente portentosa y memoria excepcional. Lo vimos escuchar. Oía con paciencia, sin interrumpir, y esa característica le debió haber brindado buena cantidad de información. Los estudios y la lectura, los intercambios de ideas eran elementos que también debían aportar. Pero tenía que haber algo más.
En su casa, enclavada en un cerro al este de Mayagüez, pueden encontrarse algunas claves.
Situada en el barrio Rosario de Mayagüez, está su última residencia, una estructura de madera y cemento de dos pisos. Desde uno de sus costados la vista lleva al Monte del Estado y al cerro Montoso, del que, según cuenta Mari Brás en sus Memorias, cuando niño, le oía decir a un vecino que aquella era “la montaña más alta del Mundo entero”. Al otro lado, desde el balcón, se ve la costa oeste, y dice Raúl que en días despejados se divisa Isla de Mona. Adentro, la casa está llena de papeles.
Mari Brás guardaba infinidad de documentos, de todo tipo. Hay centenares de libros, cartas con fechas lejanas y recientes, affidávits y escritos jurídicos, recortes de periódico, artículos de él y de otros, ponencias, miles de documentos. Algunos almacenados, al parecer, con cierta urgencia en tiempos recientes, sin mucha organización, pero la mayoría separados por temas y fechas, tal como comenzó a ordenarlos Lolita Aulet décadas atrás. Allí debió alimentar su memoria. De allí debió haber sacado muchos de los datos que utilizaba en sus análisis y discursos. Cajas de documentos revelan un comportamiento metódico y organizado, que debieron respaldar su inteligencia.
Guardó las notas escolares de sus hijos, las cartas desde Oklahoma escritas por Chagui, su hijo asesinado; las de su familia cuando residió en España a finales de la década de 1960, cartas de amigos; retratos, pasajes, obsequios, distinciones y medallas. Más allá de algunas obras de arte de pintores puertorriqueños, no parece haber nada de gran valor monetario, es la casa típica de alguien sencillo que aprecia y colecciona aquello que enriquezca el conocimiento.
Nuestro país necesita preservar la obra de uno de los principales actores sociales en la segunda mitad del pasado siglo. Difundir su pensamiento, rendir tributo a su memoria y propiciar el debate de sus ideas son algunas de las tareas que tiene que proponerse el independentismo. Con ese fin, el pasado sábado 19 de noviembre, un grupo de amigos, compañeros y familiares inició los trabajos formales de la Fundación Juan Mari Brás. Desde hacía algunos meses, convocados por Rosi Mari Pesquera, algunos de los asistentes a esa reunión habían visitado periódicamente la casa de Mayagüez –por donde había que comenzar–, para clasificar documentos, guardar y asegurar otros y hacer inventario preliminar de los objetos y artículos en la residencia. A través de los meses fue tomando forma y sentido la Fundación. También fue definiéndose su agenda.
Esa casa del Rosario será su museo, esa es una de las propuestas.
Se compilarán sus escritos y algún día podrá publicarse su Obra Completa. A sólo días del inicio de la Fundación, la tarea de reunir toda esa información, recoger sus conferencias y discursos, cartas y artículos periodísticos, parece monumental, pero es posible y ya dio comienzo. Se cuenta con sus libros ya publicados, que serán relanzados eventualmente en nuevo formato. Están disponibles sus archivos y la colección de Claridad, que contiene, entre otros escritos suyos, la columna titulada Comentario Político, que se publicó por décadas, y en un periodo, a diario. La columna, de prosa luminosa, que constituye posiblemente una de las mejores crónicas de su tiempo será, con toda probabilidad, uno de los volúmenes más importantes de la Obra.
Ya la Fundación opera una página en Internet (www.juanmaribras.org) con información, fotos, datos y documentos del dirigente independentista. También acaba de publicar, en versión digital, la segunda edición del libro Memorias de un ciudadano, al que se le añadió un nuevo prólogo, escrito por el licenciado Juan Santiago Nieves.
Los trabajos están encaminados para que la actual y próximas generaciones conozcan y juzguen el pensamiento de uno de los más importantes personajes puertorriqueños de todo el siglo XX.
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