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Las elecciones presidenciales en Costa Rica

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costa-ricaCosta Rica es un país centroamericano con una superficie de 51,100 kilómetros cuadrados, casi cinco veces y medio el tamaño de Puerto Rico.


 

Cuenta con una población estimada en el año 2012 de 4,805,295 habitantes de los cuales aproximadamente un 20% se considera blancos de origen europeo, 75% se declararon mestizos; un 2% afrodescendientes y 1% indígenas. Su independencia de España fue alcanzada en 1821 junto a otros países centroamericanos.

Se indica que durante el Siglo 20 Costa Rica tuvo tres rupturas en su orden constitucional: 1919, 1919 y 1948. Esta última acarreó para el país una guerra civil entre dos partidos políticos: El Partido Unión Nacional, liderado por Otilio Ulate en unión con el Partido Social Demócrata; y el Partido Republicano Nacional, aliado con Partido Vanguardia Popular de orientación comunista. La determinación de decretar nulas las elecciones presidenciales, no así las de diputados al parlamento, desata la guerra donde uno de sus principales dirigentes en oposición a que se declaran nulas las elecciones fue José Figueres Ferrer. Figueres dirigió el Ejército de Liberación Nacional, precursor del Partido de la Liberación. A partir de la restauración del régimen civil, el Partido Unión Nacional y el Partido de la Liberación Nacional compartirían en periodos diferentes el poder político, estableciéndose así una alternancia bipartidista. Más adelante, en 1983 se integran en una coalición el Partido Unión Nacional junto al Partido de Unidad Social Cristiana y la Coalición Unidad. Este sistema del alternancia bipartidista comienza su declinación a partir de 2002 cuando nuevos partidos políticos como fueron el Partido Acción Ciudadana (PAC) y el Movimiento Libertario (ML) comienzan a disputar su propio espacio.

Durante la pasada década, Costa Rica se vio sacudida por escándalos vinculados con la corrupción y el enriquecimiento ilícito de los políticos vinculados a los partidos mayoritarios y tradicionales. En 2009 se produjo un gran escándalo tras la condena el 5 de octubre de dicho año del expresidente Rafael Ángel Calderón Founier a cinco años de prisión por peculado. Como resultado de la condena, Calderón Fournier, candidato presidencial por el Partido de Unidad Social Cristiana quedó inhabilitado para el ejercicio de cargos públicos imposibilitando así su candidatura.

Para las elecciones de 2010 compareció como candidata por el Partido de Unidad de la Liberación Nacional, Laura Chinchilla, actual presidenta del país. Chinchilla fue la primera mujer en acceder a la presidencia de Costa Rica. Protegida de Óscar Arias, en cuyo gobierno ocupó la Vicepresidencia, se consideraba ya en la campaña de 2010 que su mandato no conllevaría cambios sustanciales a la política de este país. De clara orientación ideológica neoliberal, Chinchilla escogió como vicepresidentes a Luis Liberman, banquero privado quien estuvo a cargo de la política económica de su gobierno, y al Alfio Piva, miembro del Opus Dei y partidario de la entrega al sector privado de las Áreas de Conservación y los Parques Nacionales.

De acuerdo con Seidy Salas y Juan Carlos Cruz de la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI) en escrito publicado entonces, en política exterior, “Laura Chinchilla mantendrá y posiblemente profundice la condición de país satélite de los Estados Unidos, pues en su primer acto como presidenta electa, anticipó el establecimiento de una suerte ‘Plan Costa Rica’ en la misma línea del que se está ejecutando en Colombia con la excusa de la lucha contra el narcotráfico.” De hecho, estos autores indicaban entonces que Chinchilla era simpatizante de los sectores republicanos en Estados Unidos y que su esposo, un especialista en seguridad, se encontraba vinculado con la inteligencia de Costa Rica. Indicaron también que en su equipo de campaña había participado un agente costarricense el Comando Sur de Estados Unidos. Destacaron, además, que a pesar de haber recibido el apoyo de muchas mujeres en la campaña, realmente Chinchilla no defendió en su programa los aspectos reivindicativos sustanciales para las mujeres en su país.

En Costa Rica funciona un sistema legislativo unicameral con 57 escaños. Tanto la candidatura a la presidencia del país como a los escaños legislativos son por un término de cuatro años. Habiendo sido el primer Estado en el mundo moderno en abolir sus fuerzas armadas, Costa Rica contaba hasta muy reciente con altos índices en materia de alfabetización (97.5%), promedio de vida al nacer (80.1 años); y con el tercer mejor sistema de salud de América Latina y producción agrícola, donde uno de cada siete costarricenses trabaja en este renglón. Costa Rica es un país en el cual el modelo cooperativo en la economía representa un reglón de gran importancia.

El 7 de octubre de 2007 se efectuó en Costa Rica una consulta popular dirigida a determinar la aceptación o rechazo del Tratado de Libre Comercio entre dicho país y Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana. Ya previamente, desde 2004 existía tal tratado entre la República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos. Con una participación del 60% del electorado, el 51.62% de los votantes en la consulta avalaron la participación de Costa Rica en dicho Tratado. Como parte de la población votante en aquel momento, se contabilizaban 35,259 extranjeros nacionalizados en este país. En oposición a la integración de Costa Rica en el Tratado se articuló unas amplias coaliciones de fuerzas políticas, sindicales y sociales en lo que se denominó Movimiento Patriórico contra el TLC. Como parte de los favorecedores al Tratado, se articularon los partidos de Liberación Nacional, Movimiento Libertario, la Unión Nacional, Restauración Nacional y la mayor parte del grupo de diputados del Partido de Unidad Social Cristiana.

En las pasadas elecciones presidenciales efectuadas en Costa Rica el pasado 2 de febrero de 2014, fueron certificados como electores hábiles 3,078,321, incluyendo por primera vez en su historia, unos 12,654 electores costarricenses domiciliados en 41 países extranjeros. En ella, Luis Guillermo Solís Rivera, del Partido Acción Ciudadana (PAC), obtuvo el 30.84% de los votos; mientras que Johnny Araya Monge, del Partido de la Liberación Nacional, obtuvo 29.64%. El Frente Amplio, con José María Villalba como candidato a la presidencia, obtuvo el 17.14% de los votos, seguido por Otto Guevara del Movimiento Libertario con 11.22% y Rodolfo Piza Rocafort, del Partido de Unidad Social Cristiana con 6.01%. Dado que ningún candidato alcanzó el 40% de los votos requeridos para ser elegido un presidente, se efectuará una segunda vuelta electoral el próximo 6 de abril entre los candidatos de los dos partidos con  mayor número de votos, es decir, el Partido Acción Ciudadana y el Partido de la Liberación Nacional.

Se indica que dentro de la campaña electoral, asuntos como la reforma tributaria, las uniones civiles matrimoniales entre personas de un mismo sexo junto al reconocimiento del matrimonio por parte de estas; así como la promulgación de legislación a favor del aborto; el establecimiento de un estado laico; la fecundación in vitro; y la legalización del consumo de la marihuana; fueron temas sobre las cuales se expresaron a favor y en contra los candidatos. Si bien entre los dos principales partidos parece haber mucha similitud de posiciones en estos temas; lo cierto es que asuntos como la corrupción, la transparencia del gobierno y la criminalidad, el Partido Acción Ciudadana tomó distancia respecto al Partido de la Liberación Nacional y su gestión durante el gobierno de Chinchilla.

Si bien el Frente Amplio, que agrupa mayormente a los sectores de izquierda en el país llegó en tercer lugar en las elecciones, y en consecuencia no concurre como partido en una segunda vuelta, se señala que ha sido en estas elecciones del pasado 2 de febrero cuando se ha producido el mayor avance de esa izquierda costarricense desde las elecciones efectuadas en 1948. De hecho, se indica que el aumento en el apoyo al Frente Amplio llevó a los sectores empresariales y a las agrupaciones conservadoras a preocuparse bajo la premisa de que Costa Rica pudiera sumarse a las nuevas fuerzas que desde la izquierda han ido accediendo al poder en América Latina. Aún así, el crecimiento del Frente Amplio le ha dado la oportunidad de aumentar su participación en la Asamblea Legislativa de un parlamentario que era lo que tenía anteriormente a nueve que tendrá durante los próximos cuatro años.

Con anterioridad a las elecciones en Costa Rica se publicó un documento titulado Decimoctavo Informe sobre el estado de la Nación, sobre los partidos políticos y las ideas de sus candidatos para las elecciones de 2014. Se trata de un estudio presentado como una ¨herramienta en manos de la ciudadanía para exigir a los partidos ofertas electorales de mayor calidad.¨ En el Informe se identificaron 17 desafíos del desarrollo humano sostenible para el país sobre el cual se insistió en respuestas a los candidatos a la presidencia. Los desafíos identificados en el Informe fueron los siguientes: 1) reducir la pobreza; 2) revertir la desigualdad en los ingresos; 3) mejorar la inversión en la seguridad pública; 4) asegurar la sostenibilidad del sistema de seguridad social; 5) reducir la inseguridad ciudadana; 6) fomentar la productividad y el empleo; 7) mejorar la solvencia y eficacia del Estado; 8) enfrentar los riesgos del régimen cambiario; 9) modificar los patrones insostenibles en el uso de los recursos; 10) proteger el agua y la riqueza marina, 11) ordenar el caos en el territorio; 12) contener la creciente conflictividad ambiental; 13) promover la rendición de cuentas sobre el financiamiento político; 14) mejorar la calidad de la representación política, 15) combatir la corrupción; 16) dar sustento a los nuevos derechos reconocidos a la población; y 17) fortalecer la gestión pública.

Luego de gestionar entrevistas a los candidatos a las elecciones presidenciales, el orden de prioridades identificadas fueron las siguientes: a) revertir la desigualdad de ingresos; b) reducir la pobreza, mejorar la inversión social pública, c) asegurar la sostenibilidad del sistema de seguridad social, y d) reducir la inseguridad ciudadana. Como puede verse, se trata de señalamientos que apuntan a revertir los efectos de las medidas neoliberales adoptadas en el pasado y que de manera significativa han ido medrando las condiciones materiales de vida de la población.

En el orden de prioridades en cuanto a los desafíos económicos, se identificaron los siguientes: a) fomentar la productividad y el empleo, b) mejorar la solvencia y eficacia del Estado, c) y enfrentar los riesgos del régimen cambiario. Es sobre la base de estos presupuestos de discusión que los distintos candidatos tuvieron que ofrecer al país sus propuestas como parte de sus respectivos programas. Ciertamente es un modelo de discusión que supera por mucho la calidad de los debates y discusiones preelectorales que se llevan a cabo en Puerto Rico, donde en su esencia, los candidatos lo que procuran es mover a sus electores a votar detrás de propuestas de estatus político y no de aspectos reivindicativos políticos, económicos y sociales.

De cara a la segunda vuelta del próximo 6 de abril, los partidos que se enfrentarán en las elecciones por la presidencia del país, procurarán hacer ajustes programáticos de lo que fueron sus propuestas originales, promoviendo la concertación de acuerdos con otras fuerzas minoritarias con el propósito de consolidar el voto de aquellas electores que no participan del lado de cada una de ellas. De acuerdo con analistas políticos, se señala que un posible escenario que podría afectar el futuro de Costa Rica sería una menor participación en la segunda vuelta que en la primera donde hubo una participación de un 68.25 % de los electores capacitados para votar. Desde 2002 en el país no se vive la experiencia de una segunda vuelta. Dado el estrecho margen entre los dos partidos principales en la segunda vuelta, una abstención significativa podría afectar por igual a ambas agrupaciones y a ambos candidatos a la presidencia.

No deja de llamar la atención el acercamiento que al presente se está produciendo por parte del candidato del Partido de la Liberación Nacional con los obispos de Costa Rica en un contexto en que muchas de la propuestas discutidas en la campaña tienen que ver con asuntos sobre los cuales la Iglesia Católica mantiene una postura conservadora.

Ciertamente el Partido de Acción Ciudadana no es una fuerza de izquierda. Tampoco se proyecta como una fuerza propiamente de derecha como el Partido de la Liberación Nacional. Los ajustes que se efectúen de cara a la segunda vuelta puede ser lo que incline la balanza entre un gobierno de centro derecha con relación a lo que podría ser un gobierno de centro izquierda moderada. El futuro de Costa Rica por los próximos cuatro años se estará decidiendo en las próximas elecciones de 6 de abril. Independientemente de su resultado, los cambios o movimientos políticos en el país hacia posiciones más cercanas a sus vecinos Nicaragua o El Salvador, no deberán ser cambios sustanciales que alteren por el momento el curso histórico seguido por dicho país desde 1948 hasta el presente.


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