Domingo, Noviembre 24, 2024

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El Kurdistán: una nación sin Estado político

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El Kurdistán es una región localizada en el Medio Oriente que abarca una superficie de 190,000 kms. cuadrados en lo que hoy es Turquía; 125,000 kms. cuadrados de lo que hoy constituye la República Islámica de Irán; 65,000 kms. cuadrados de Iraq y 12,000 kms. cuadrados de la República Árabe Siria.

 

En el conjunto de estos Estados políticos equivale a una superficie de 392,000 kms. cuadrados. Una porción mucho más pequeña del Kurdistán también se encuentra dentro de las fronteras de Armenia y otras en algunas ex repúblicas de la extinta Unión Soviética, como son Chechenia y Azerbaiyán.

Los kurdos, como se denominan los pobladores de este vasto territorio, se asentaron en la región hacia el año 3,000 a.C. siendo entonces conocidos como sumerios. Los kurdos fueron un pueblo integrado por grupos nómadas y agricultores, aunque hoy día son en su mayoría pobladores de aldeas y ciudades. Su población se estima en 45 a 50 millones de los cuales más de la mitad vive dentro de las fronteras de Turquía. Su estructura social básica se basa en clanes. Se trata de una región muy rica en recursos naturales, lo que gran medida ha determinado su actual situación. En el Kurdistán turco se extrae la totalidad del petróleo del cual depende Turquía; en el Kurdistán iraquí se encuentra el 40% de las reservas de petróleo de Iraq; en el Kurdistán sirio de encuentra la totalidad del petróleo del cual depende la República Árabe Siria; y en el Kurdistán de la República Islámica de Irán, si bien se encuentra sólo el 10% del petróleo que consume este país, en su subsuelo se encuentra uno de los mayores depósitos de gas natural de la zona.

kurdistanTras la terminación de la Primera Guerra Mundial, las potencias vencedoras de la contienda decidieron repartirse el control de los territorios ocupados por el Imperio Turco-Otomano, el cual desde el Siglo XIV dominaba la región. Así las cosas, tras las negociaciones desarrolladas por las potencias Aliadas que culminaron en el Tratado de Sévres, los kurdos lograron formalmente el reconocimiento de su independencia, recomendándose la creación de un Estado político kurdo en una cuarta parte del territorio de Anatolia (que a su vez representaba apenas una tercera parte del territorio del Kurdistán), el cual junto a Armenia, quedaría bajo la administración de Estados Unidos como mandato. De igual manera, los territorios de Palestina, Turquía, Iraq e Irán quedarían bajo el mandato de Inglaterra; mientras Siria y Líbano quedarían bajo mandato francés. Este Tratado, sin embargo, en lo concerniente a la creación de un Estado kurdo, nunca se materializó en gran medida por la negativa del general Mustafá Kemal Atatürk, héroe turco de la Primera Guerra Mundial durante la Batalla de Galípoli y dirigente del Movimiento Nacionalista Turco a aceptar la dominación extranjera en Turquía. Apelando al elemento religioso, Kemal logró unificar a turcos y kurdos en rechazo a la dominación inglesa, forzando así el Tratado de Lausana, de donde surge el 24 de julio de 1923 la independencia de Turquía. Como resultado del Tratado, se desvaneció la posibilidad de un Estado político kurdo en la región de Anatolia, quedando la población kurda subsumida como parte de la población turca.

Desde el año 1923, tras la creación de Turquía, el pueblo kurdo en dicho país ha resistido y reclamado su independencia. Lo mismo ha ocurrido con los kurdos diseminados en Iraq, la República Islámica de Irán y Siria siendo los principales movimientos separatistas, en distintos momentos históricos, los siguientes: el Partido Democrático del Kurdistán y la Unión Patriótica del Kurdistán en Irán e Iraq; y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), su brazo armado las Fuerzas de Defensa Popular y el Frente de Liberación Nacional del Kurdistán en Turquía.

Entre 1925 y 1965 amplias zonas del sureste de Turquía fueron declaradas ¨zonas militares¨, prohibiéndose el acceso a extranjeros. Allí el gobierno turco ha desarrollado una fuerte campaña contra la población kurda, que incluye la destrucción de miles de aldeas y pueblos donde habita la población kurda; numerosas ejecuciones sumarias; enfrentamientos militares que han incluido la movilización de hasta 200 mil tropas turcas contra combatientes del PKK, conllevando la muerte de cerca de 37 mil personas desde 1984; y el exilio de cientos de miles de kurdos hacia países de la Unión Europea, como es el caso de Alemania, donde reside cerca de un millón de kurdos.

En el caso de Turquía, la lucha que encabezó el Partido de los Trabajadores del Kurdistán desde su fundación en 1978 aunque ya dese 1973 venía gestándose la misma, a diferencia de las organizaciones que han dirigido la lucha de los kurdos en países como Iraq o Irán, fue dirigida a establecer un Estado socialista. En 1999 su principal dirigente, Abdullah Öcalan, fue capturado y condenado a cadena perpetua por delitos de terrorismo y separatismo. A pesar de ser originalmente promotor de la lucha armada a partir de 1984, desde 2015 Öcalan solicitó de su Partido la revisión de su estrategia de lucha promoviendo la convocatoria a un Congreso Extraordinario para revisar ¨las estrategias y táctica políticas y sociales acordes con el espíritu de una nueva era.¨ De hecho, ya para el año 2013 el propio Öcalan había solicitado de su organización un alto al fuego, ello en el marco de negociaciones de paz, las cuales no han conducido al presente a un acuerdo.

La propuesta del PKK en estos momentos aspira, no a la independencia del Kurdistán turco, sino a conformar un Estado confederal entre Turquía y el Kurdistán. El gobierno turco, sin embargo, mantiene su posición hacia la población kurda, lo que al presente ha tomado un nuevo giro a partir de la lucha de los kurdos frente a las pretensiones expansionistas del Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIS por sus siglas en inglés) en su territorio, tanto en Siria como Iraq. De hecho, tal parecería que Turquía se coloca como base de apoyo a ISIS en la medida en que se acentúan los enfrentamientos con las fuerzas del PKK en la región suroriental de Turquía.

En el plano religioso, la población kurda es musulmana dentro de la corriente sunita, aunque también los hay chiitas, sufíes y en menor medida, cristianos y judíos. La lengua que habla gran parte de la población es el kurdo, aunque existen diversos dialectos. Donde único tiene reconocimiento oficial el idioma kurdo es en la Región Autónoma Kurda de Iraq. De hecho, en el caso de Turquía, el uso del kurdo fue oficialmente prohibido reconociéndose sólo el turco y el árabe. Allí incluso, las canciones y libros escritos en kurdo fueron igualmente prohibidos, borrándose las palabras kurdas de los textos de historia y diccionarios.

En el caso de Iraq, en su porción norte, conformado por tres provincias (Dohuk, Erbil y Sulaymaniyah), residen unos ocho millones de kurdos. Allí se estableció en 1992 el Gobierno Regional del Kurdistán. El mismo cuenta con un presidente, un primer ministro, un parlamento unicameral y 20 ministerios. Desde 2005 está reconocido en la Constitución de Iraq este gobierno regional.

La población kurda en esta región representa el 15% de los habitantes de Iraq. Actualmente se considera como la porción ¨más estable y Segura en el Medio Oriente¨ a pesar que su capital está localizada apenas a 400 kilómetros de Bagdad. En el subsuelo de esta región se encuentran 45 mil millones de barriles de petróleo, lo que ha sido fuente de controversias entre el gobierno central y el gobierno regional. Este último reclama su derecho a exportar el petróleo sin la intervención del gobierno central, lo que colocaría al Kurdistán iraquí como el noveno a nivel mundial en reservas de este recurso natural a diferencia de hoy, donde el petróleo se considera iraquí. Hoy el gobierno kurdo tan sólo recibe el 17% de los ingresos derivados de su producción.

A diferencia de Turquía, donde el movimiento político principal kurdo es de orientación socialista; en el caso de Iraq, dicho movimiento político se orienta por sectores de una llamada burguesía nacional.

Ante la ofensiva de la fuerzas del Estado Islámico de Iraq y Levante sobre la porción norte de Iraq y ante el abandono por las fuerzas iraquíes de la ciudad Kirkurk, uno de los principales centros petroleros en el norte de Iraq permitiendo así su ocupación por ISIS, los combatientes kurdos, conocidos como Peshmerga, asumieron la contraofensiva contra fuerzas del Estado Islámico logrando la recaptura de la ciudad. Hoy día las fuerzas kurdas continúan avanzando contra las fuerzas de ISIS con el apoyo aéreo de la aviación de la coalición occidental, ampliando así su control en Iraq. En el proceso de lucha contra el Estado Islámico y ante la debilidad interna del propio gobierno iraquí se ha ido ampliando el reclamo kurdo, no ya de mayor autonomía, sino de independencia para esta región.

La situación de los kurdos en Siria y en la República Islámica de Irán es distinta. En el caso de la República Árabe Siria, donde residen 3 millones de kurdos, desde 1998 el gobierno bajo la dirección de Bashar al-Asaad, ha llegado a acuerdos en sus provincias norteñas donde reside la población kurda estableciendo también con ellos instancias de gobierno propio y autonomía, sobre todo a partir de la irrupción del Estado Islámico de Iraq y Levante en su afán de establecer un califato islámico en territorio fronterizo entre Iraq, Siria y Turquía. En el caso de la población kurda en Irán, donde residen 13 millones de kurdos, primero bajo el mandato de la monarquía Reza-Palevi y luego bajo la revolución islámica que dio base a la formación de la República Islámica de Irán, las ansias sembradas en 1945 cuando se proclamó por parte del Partido Democrático del Kurdistán Iraní la República de Mahabad, para luego ser derrotada en su intención de decretar un Estado político independiente, dicho ideal no ha calado hoy como opción de mayoría dentro del territorio kurdo iraní.

La experiencia del pueblo kurdo demuestra y evidencia la manera en que los estados imperialistas se dividen el mundo en esferas de influencia, creando artificialmente países, o sencillamente pretendiendo desaparecer naciones y nacionalidades. Sin embargo tal experiencia no es privativa del Medio Oriente. Se vivió también en África poscolonial; en las posesiones inglesas en Asia tras el desmembramiento del Imperio Británico en lo que hoy es India, Paquistán y Bangladesh; en el Sudeste de Asia en las posesiones francesas y luego con la intervención de Estados Unidos en la región; como también en nuestra experiencia caribeña y latinoamericana. Durante siglos, las potencias imperiales han pretendido dividir el mundo repartiéndose pedazos, tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz, donde raras veces el sentir de las nacionalidades naturales e históricas ha sido tomado en consideración.

La posibilidad de formar un Estado político unitario por parte del Kurdistán se nos presenta hoy como un espejismo dadas las múltiples situaciones que dificultan un proceso de tal naturaleza en cada Estado político en el cual reside la población kurda. Existe, sin embargo, una mayor posibilidad para el avance de procesos de autonomía regional en cada uno de los países en los cuales reside la población kurda, que a la larga posibilitará una mayor integración entre ellos y permitirá afianzar sus elementos propios como una nacionalidad para algún día reclamar la constitución de un Estado político unitario en el Kurdistán.



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