Se reanudan las hostilidades en el Estrecho de Bab-al-Mandeb entre las milicias houtíes y Estados Unidos: Yemen y el acceso desde el Mar Rojo al Mar Mediterráneo
20 de marzo de 2025
Yemen del Sur es un territorio localizado en la península arábica conformado por una superficie de 139,048 kilómetros cuadrados, equivalente poco más de quince veces (15.183), la superficie de 9,158 kilómetros cuadrados que conforma Puerto Rico.
El origen de Yemen como Estado político independiente encuentra sus raíces en su formación como la “colonia británica de Adén” en 1874. Esta pasó a llamarse en 1937 como provincia de la India Británica a “Protectorado de Adén”.
En 1963 se declara un “estado de emergencia” en la región cuando tanto el Frente de Liberación Nacional (FLN), como el Frente para la Liberación de Yemen del Sur Ocupado (FLYSO), se rebelan contra la dominación británica.
El 30 de noviembre de 1967 la Federación de Arabia del Sur y el Protectorado se fusionaron conformando la República Popular de Yemen, la que luego sustituiría su nombre oficial como República Democrática Popular de Yemen. Se trató del único Estado marxista en el mundo árabe, regido su gobierno por un partido único. El 14 de diciembre de 1967 la Organización de las Naciones Unidas admitió en su seno dicho país.
El 22 de mayo de 1990 lo que fue Yemen del Sur se unificó con Yemen del Norte. Producto de dicha integración el país pasó a llamarse “República de Yemen”, desapareciendo así el calificativo de Estado de Yemen del Sur.
Sin embargo, la República de Yemen, desde su propio origen, ha vivido constantes conflictos internos incluyendo varias guerras civiles. Tras la unificación del Norte y el Sur, el Estado se había organizado en un sistema pluripartidista, aunque la fuente legislativa del gobierno era la Ley Islámica. Como parte de los acuerdos unificadores, se estableció una presidencia ejercida por el principal jefe de gobierno de Yemen del Sur y una “Presidencia del Consejo Presidencial Provisional”, ejercida por el principal jefe de gobierno de lo que era hasta entonces Yemen del Norte.
El Parlamento unificado de la República de Yemen, integrado por 301 diputados, quedó dividido en los primeros comicios electorales tras la unificación por 159 bancas para Yemen del Norte, 111 bancas para Yemen del Sur y 31 diputados independientes elegidos por el Jefe del Consejo Presidencial. Se dispuso un período de transición de 30 meses, siendo ratificada la nueva Constitución del país en mayo de 1991.
En elecciones efectuadas en 1993, resultó ganador Alí Abdala Saleh por el “Congreso General del Pueblo” alcanzando también 123 de los 301 escaños en el parlamento. Acusando de fraude el proceso, Alí Salem al-Baid, Vicepresidente de lo que fue Yemen del Sur, promovió nuevamente la secesión de la región y otra guerra civil. Ésta duró entre mayo y julio de 1994. La guerra, sin embargo, la ganó su opositor de Yemen del Norte, Alí Abdala Saleh.
Luego de un mandato presidencial que se extendió hasta 2012, a raíz de las protestas llevadas a cabo contra su gobierno acusándolo de corrupción y alineamiento con los intereses de Arabia Saudita y otras monarquías de la península arábica vinculadas con los Estados Unidos, Abdala Saleh huye a Riad, capital de Arabia Saudita. Desde allí transfirió el poder de su gobierno a su Vicepresidente, Abel Rabbuh al-Hadi. Este concurrió a elecciones en 2012 como único candidato y triunfó. Sin embargo, las protestas nuevamente generaron un clima de insatisfacción donde se sucedieron distintos incidentes armados contra el gobierno.
Ya durante la década de 1990 había surgido en la región de lo que fue Yemen del Sur, el “Movimiento Ansar Allah” (Partidarios de Dios). Contrario a algunas expresiones en algunos medios de comunicación catalogando a los llamados “Houtíes” como una tribu o una etnia, si bien parte de su liderato proviene de la tribu Hutí, se trata de un movimiento político militar islámico, confesionalmente chiita y “zaydiyista” (zaydiyyah), opuesto al gobierno confesional suni prevaleciente en Yemen del Norte bajo Alí Abdala Saleh. Los houtíes acusaron a Saleh de ser aliado de los Estados Unidos y Arabia Saudita y como rebote político, de Israel.
Los houtíes (“Hutíes” o “Ansarolá”, como también se les conoce), toman su nombre del fundador de la organización, Hussein Badreddin al-Houthi. Dentro de su visión político-religiosa, promueven el derrocamiento del gobierno de Yemen del Norte y el establecimiento en todo Yemen de un Estado Islámico unificado, regulado por la “Sharia”.
Los houtíes ocuparon en 2011 la ciudad de Sa’dah, localizada en el noroeste de la zona fronteriza de Yemen del Norte y Arabia Saudita; y más adelante, el 21 de septiembre de 2014, tomaron Sanaa, la capital. Expulsando a los grupos suníes más al Norte, disolvieron el parlamento el 19 de agosto de 2015. Los houtíes sustituyeron la autoridad del gobierno existente en la región de Yemen del Sur por un “Comité Revolucionario”.
Hasta el 2001 el Movimiento Ansar Allah era considerado por Estados Unidos como una organización promotora del terrorismo. Sin embargo, dicha calificación fue posteriormente removida mediante Decreto Presidencial por Joseph Biden en 2021. La remoción de la lista permitió el envío de “ayuda humanitaria” a la región de Yemen del Sur. Sin embargo, luego de los ataques de las milicias houtíes a los buques militares y comerciales que transitan por aguas del Mar Rojo hacia el Canal de Suez, como resultado de la operación militar de Israel desatada en Gaza a partir del 7 de octubre de 2023, y luego de las represalias militares de Estados Unidos junto con los medios navales y aéreos de una coalición encabezada por dicho país contra objetivos militares Houtíes en tierra, el decreto de “organización terrorista” fue sido restablecido precisamente por el presidente Biden. Trump se pronunció igualmente a comienzos del presente año.
Entre las operaciones llevadas a cabo por las milicias houtíes se encuentran el ataque a buques que transitan hacia el Mar Rojo por el estrecho de Bab-al-Mandeb en dirección al Mar Mediterráneo a través del Canal de Suez. Este estrecho, cuya dimensiones en alguna de sus partes es de apenas 25 kms. entre un extremo y otro, permite a los houtíes desarrollar ataques con misiles desde tierra; el envío de drones cargados con explosivos contra buques y embarcaciones que transitan por dicho estrecho; así como llevar a cabo intentos de interceptación a dichas embarcaciones utilizando lanchas rápidas para el ataque contra cargueros petroleros y barcos llevando contenedores. Como indicamos, se trata de un apoyo dirigido a crear presión económica contra Israel y sus aliados en la campaña militar que lleva contra la población palestina y la organización Hamas en Gaza.
La situación del conflicto deja ver las diferencias de la comunidad religiosa en la corriente confesional musulmana en la cual es evidente el alineamiento entre países y organizaciones en las cuales prevalece la corriente “chiita” y sus variaciones; frente a países y organizaciones en la cuales prevalece la corriente “suni” y sus variaciones.
La respuesta por parte de Estados Unidos y sus aliados, incluyendo Israel, para detener los ataques houtíes ha sido crear una coalición integrada, entre otros, por el propio gobierno de Estados Unidos junto al Reino Unido de la Gran Bretaña, Francia, España, Canadá, Países Bajos y Bareín. A éstos se suman también otros Estados musulmanes en el Medio Oriente como Arabia Saudita y Egipto, para para atacar instalaciones y estructuras militares houtíes en Yemen del Sur. Portavoces de la coalición reclaman haber destruido importantes infraestructuras militares de los houtíes, menguando así su capacidad de ataque militar en el estrecho de Bab-al-Mandeb.
A partir de la tregua desarrollada entre Israel y Hamás en Gaza el 19 de enero de 2025, disminuyó la tensión en la región en la medida que los houtíes redujeron la intensidad de sus ataques. Sin embargo, a la vez que Israel ha comenzado nuevamente sus operaciones militares en Gaza, se ha reactivado por parte de Estados Unidos la presión a los houtíes en el estrecho de Bab-al-Mandeb y el territorio controlado por éstos en Yemen y de parte de los houtíes contra los buques que navegan en dicho estrecho y el Mar Rojo.
Donald Trump ha ordenado lo que calificó como una acción militar “decisiva” disponiendo el despliegue de una “fuerza letal abrumadora” contra los houtíes en suelo yemení.
Trump ha acusado a los houtíes de desarrollar una “campaña implacable de piratería, violencia y terrorismo contra barcos, aeronaves y drones estadounidenses y de otros países”, por lo que ordenó ataques aéreos contra instalaciones, dirigentes y las defensas anti misiles de los houtíes. De paso, Trump ha lanzado una advertencia contra el gobierno de la República Islámica de Irán, a quien acusa de ser uno de los principales países en apoyo a las milicias houtíes, indicando que Estados Unidos “exigirá cuentas” al gobierno de Irán. Indicó de paso que la respuesta a Irán no será “amable”.
El gobierno de la República Islámica de Irán ha respondido indicando que “Estados Unidos no tiene autoridad ni competencia para dictar la política exterior iraní”, haciendo de paso un llamado a Estados Unidos para que cese de “apoyar el genocidio y el terrorismo Israelí.” Mientras tanto, las fuerzas armadas houtíes han reaccionado indicando que están preparadas para responder la escalada con otra escalada de su parte.
Todo parece complicarse aún más, luego la decisión del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, de romper la débil tregua en Gaza ordenando una nueva ofensiva por tierra a lugares de donde había hecho en enero el repliegue de las Fuerzas de Defensa de Israel. Luego de reiniciar los bombardeos con el resultado de cientos de palestinos asesinados, Israel se propone establecer un corredor de seguridad que divida la Franja de Gaza entre norte y sur. Con esta decisión, declaran la parte norte de Gaza una zona militar justificando la expulsión, una vez más, de la población civil en dicha zona.
En declaraciones hechas por su Ministro de Defensa, Israel Katz, si Hamás “libera a todos los rehenes israelíes y no se expulsa a Hamás de Gaza, Israel actuará con una fuerza nunca vista hasta ahora.” Dentro de esa posibilidad se encuentra el uso de las 1,800 bombas MK-84 de 2 mil libras cada una que Trump le hiciera llegar al gobierno de Netanyahu en el mes de febrero.
De 251 rehenes capturados por Hamás el 7 de octubre de 2023, quedan pendientes de entrega a Israel 58, de los cuales el gobierno israelí señala 34 podrían estar muertos. En la primera etapa de la tregua, Hamás liberó 25 rehenes y devolvió los cadáveres de 8 rehenes fallecidos en cautiverio, mientras Israel liberó 1,900 prisioneros palestinos, muchos de los cuales habían pasado décadas en cárceles israelíes.
Indica con razón la publicación de la BBC News Mundo, que la decisión de Israel reiniciar los combates en Gaza obedece a la preocupación del Primer Ministro Netanyahu en aceptar una segunda etapa en el proceso de tregua, toda vez que conllevaría la retirada de Israel de la Franja de Gaza, lo que sectores de la ultra derecha de su coalición no están dispuestos a aceptar, lo que desestabilizaría su gobierno; frente a Hamás, que al entregar todos los rehenes sin concluir la guerra, lo que haría más vulnerable a Hamás ante Israel.
Las operaciones militares de Israel en Cisjordania no se detuvieron mientras duró la tregua. Mientras la opinión pública se concentraba en el deseo de la paz en Gaza, en Cisjordania se incrementaban los ataques contra la población palestina. A fin de cuentas, Israel no ha renunciado a su pretensión de expulsión de la población palestina de su territorios desplazándola a países árabes vecinos, propuestas que tiene el visto bueno del presidente estadounidense y el repudio de países musulmanes en la región, incluyendo la Liga Árabe.
Todo apunta que la posibilidad de una paz duradera en el Medio Oriente todavía no llegará.
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