Escrito por Wilma E. Reverón Collazo / Copresidenta del MINH
Al momento de escribir este artículo se acaba de dar uno de los eventos políticos más importantes en nuestra región: el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos (EE.UU.). Este evento por sí solo cambia las proyecciones que podamos hacer sobre el futuro de Puerto Rico desde la perspectiva política y económica.
Nos acercamos al 2015 bajo los embates de la política neoliberal ortodoxa que ha adoptado el Partido Popular Democrático (PPD) desde que entró a la gobernación. La privatización del aeropuerto, los intentos de privatización de la AEE y su sindicatura bajo una administradora norteamericana, su política antiobrera y antipueblo y su sometimiento a los dictámenes de los bonistas, no nos mueve a proyectar confianza alguna en el tercer año de mandato del PPD. Todo lo contrario, lo que podemos esperar es una agudización de la crisis económica, tanto por factores externos fuera de nuestro control, como por las malas decisiones internas.
Todos los análisis de economistas del sistema capitalista están augurando una crisis financiera peor aún de la que hemos ya sufrido desde el 2006. Asimismo, los economistas en Puerto Rico entienden que no hemos tocado fondo y no se ven posibilidades de recuperación económica antes del 2018. Ante tan crítica situación la falta de un liderato que administra el país que se atreva a desafiar la ortodoxia neoliberal y que tenga la honestidad de reconocer que la deuda es impagable y el coraje de enfrentársele a los bonistas y exigir la reestructuración de la deuda, sólo anticipa que nuestro pueblo trabajador y la clase media seguirán siendo despojados de sus conquistas laborales y del patrimonio que mediante el trabajo y el empresarismo habían logrado ganar.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo recientemente que para tener libertad económica había que tener primero libertad política. Nunca ha sido esto más cierto para Puerto Rico en estos momentos. Nuestro amarre a los bonistas de Wall Street y a todo su entramado de casas acreditadoras, nuestra falta de poderes políticos para acudir a otros mercados e instituciones de financiamiento, nuestra exclusión de importantes cónclaves regionales donde se establecen intercambios de solidaridad políticos y económicos, como PetroCaribe y el ALBA-TCP, ata y atará a cualquier administración gubernamental de manos y pies para poder buscar, no ya solución, sino al menos un respiro a la recesión y crecimiento negativo que padecemos desde el 2006.
La negativa del Gobernador y su equipo económico de aceptar que el ELA agotó lo que pudo haber tenido de valor para el crecimiento de la economía desde que empezó a naufragar en los años 70, mantiene al país en un estado de indefensión económico.
La falta de cumplimiento del gobernador García Padilla con la palabra empeñada en atender la relación política entre EEUU y Puerto Rico mediante la celebración de una Asamblea Constitucional de Estatus, dio al traste con toda posibilidad de cambiar el rumbo del país y nos lleva derecho a los arrecifes del descalabro económico.
En el 2015, según nos acerquemos al periodo electoral, veremos a un PPD tartamudeando alguna propuesta de estatus. Por la composición de la comisión que crearon para atender el asunto, no se espera que rinda fruto comestible alguno. De hecho, la gran propuesta que parece venir de los asesores principales del Gobernador, un referéndum con dos cuadrantes, uno que contendría la estadidad y el ELA territorial y otro con las opciones de soberanía e independencia, no tendría posibilidades de aprobación ante la oposición del sector soberanista del PPD. Ellos lo saben, pero en realidad lo que el sector inmovilista del PPD quiere es que no se apruebe nada ni se mueva nada en esa dirección.
El movimiento independentista en el 2105 tiene que enfocar su propuesta de estatus desde la perspectiva de las soluciones al problema, o por lo menos, mejoría de los problemas económicos, que nos podría posibilitar tener poderes soberanos. El reto en nuestro caso es mayor debido al proceso de invisibilización y silenciamiento que han impuesto los medios principales del país a la alternativa independentista. Tenemos que alzar nuestras voces y hacer conocer nuestras propuestas. Pero tenemos que salir de la retórica de consignas y movernos hacia la exposición y desarrollo de propuestas basadas en datos reales y no en quimeras ideales.
Cuando hablamos de impuestos a las multinacionales, ¿a quién, qué tipo, y sobre todo, cuánto va a generar? Cuando hablamos de alternativas energéticas, los complejos aspectos técnicos, las objeciones ambientales y la realidad de los costos y acceso a las mismas tienen que estar claramente explicadas en forma sencilla y sostenida sobre datos reales.
El impacto que tienen las medidas económicas ya adoptadas por el gobierno contra el pueblo trabajador, como la Ley 66, la primera “crudita” con el alza del impuesto al petróleo del 6% al 9% y la próxima a adoptarse que lo sube hasta 15%, no ha podido, hasta el momento, movilizar al pueblo en un movimiento amplio de defensa de sus derechos económicos. En el 2015 éste tiene que ser uno de los objetivos principales del movimiento independentista, socialista, sindical y los movimientos sociales. Las voces del movimiento de mujeres que son víctimas principales de esta ofensiva neoliberal deberían tener un rol más protagónico en estas luchas.
Los componentes indispensables para que se forme la tormenta perfecta de oposición a los gobiernos neoliberales colonialistas requieren como mínimo: (1) identificación, desarrollo y exposición clara de los retos económicos que podríamos enfrentar con éxito con poderes soberanos; (2) unidad de los distintos sectores de nuestro pueblo; (3) visibilización de las propuestas y voces independentistas y soberanistas.
La presencia y participación en las luchas del diario vivir de nuestro pueblo tienen que intensificarse. La verdadera unidad del independentismo se va a dar naturalmente en el compartir y luchar hombro a hombro como lo demostró la lucha de Vieques y por la liberación de los presos políticos.
* La autora es abogada y Copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano.
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