Jueves, Noviembre 21, 2024

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Mirada al País: El trabajo apenas comienza

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Tenemos que seguir insitiendo en convocarnos como pueblo soberano para decidir nuestro futuro, que ya no se ve tan lejano. Hay pueblo, hay voluntad de lucha, y sobre todo hay país. El momento es ahora. Como decía José Martí, lo revolucionario es hacer lo que haya que hacer en cada momento.

 

No tengo duda que los lectores de CLARIDAD tienen claro que lo que ha sido la más exitosa movilización de pueblo, solo nos puede dirigir en una dirección: la reorganización de las fuerzas de izquierda independentistas. Tras décadas de trabajo organizativo de hormiga, frustante a veces, relativamente exitoso en otras, no se veía, no se sentía que nuestro accionar estuviera teniendo el impacto esperado en la conciencia del pueblo. La prédica independentista, a pesar del recurso valiosísimo de las redes electrónicas, parecía quedarse circulando entre un limitado grupo de gente, el 2 por ciento, los cuatro gatos.

Los intentos de organizar contra el acto de imperialismo más burdo que ha sido la imposición de una junta de control fiscal, tema que debería haber sido ancla para grandes movilizaciones de pueblo, se encontraron con la confianza esperanzada de las masas en que ésta salvaría al país de la quiebra y la corrupción, que conjuntamente con la incapacidad de la izquierda de conformar alianzas amplias, detuvo su desarrollo. Hubo algunas movilizaciones de recordar, como la que se llevó a cabo frente a un hotel en Condado, una frente al Capitolio y otra frente al Tribunal Federal. Y por supuesto el 1ro. de mayo de 2017.

Los reclamos de las mujeres por el derecho al aborto, contra la violencia doméstica, así como los reclamos de la comunidd LGBTQI por el derecho a casarse y en contra de las terapias de conversión, fueron cosechando triunfos aún cuano queda un gran trecho por asegurar las reinvidicaciones.

Las luchas ambientales, en especial la de Peñuelas contra las cenizas de carbón con su contraparte de Guayama, desarrolló un liderato de base comunitaria apoyada por profesionales con los conocimientos científicos y legales, que le han permitido cosechar un importante apoyo en el pueblo.

El trabajo de Casa Pueblo en Adjuntas ha ayudado a educar al pueblo en temas complejos de energía que requiere de atención y deseo de aprender, sin sentirnos intimidados por lo técnico del asunto. Este ejercicio ayuda al desarrollo de la inteligencia a todos los niveles del pueblo.

Las comunidades que han dado la batalla por las escuelas de su comunidad, algunas con éxito, otras no, ha hecho que miles de padres y madres, en conjunto con los maestros y maestras del sistema, miren con otros ojos la importancia del acceso a la educación para sus hijos e hijas.

Y entonces llegaron Irma y después María. Las dificultades que enfrentamos como pueblo no solo nos unieron, nos hicieron crecer, madurar y sobre todo nos hizo más fuertes. Nos hizo más independientes, menos mañosos, menos quejosos.

Ya fortalecidos, pero todavía viviendo en nuestros respectivos espacios de confort, reacios a complicarnos más la vida que ya de por sí estaba complicada, sobre todo para los millenials y centennials, ocurren los arrestos por corrupción y días después se revela el chat. El 11 y 12 de julio recuerdo haber ido a unas pequeñas manifestaciones frente a la Fortaleza denunciando la corrupción, de nos más de 50 o 60 personas. Recuerdo a las jóvenes compañeras de la Colectiva Feminista ir en pequeños grupos a sentarse frente a las vallas de la Calle Fortaleza. No podíamos adivinar en ese momento que los que estábamos allí eran las primeras gotas que se filtraban por un dique que habría de explotar trayendo un torrente de agua incontenible. Las manifestaciones del 22 y 25 de julio rompieron el dique que contenía la indignación del pueblo.

Es que esta década del 2010-2020 será recordada como la década en que crecimos para vencer. Ha sido la conjugación de todas estas luchas, los cantazos recibidos, las dificultades superadas y las aspiraciones tronchadas, lo que ha elevado y masificado el nivel de lucha. Por lo tanto, el momento exige más de nosotros. Es un trabajo que apenas comienza.

Las asambleas de pueblo que se han convocado espontáneamente en algunos casos, otras con intención de reclutamiento de organizaciones, es una experiencia rica de democratización de la lucha que podrá o no llevar a resultados concretos, pero que de todos modos aportan a la discusión y propuestas de cómo mover a la ciudadanía hacia la participación en la atención a los problemas que todos compartimos como comunidad y como pueblo.

El trabajo legislativo por los compañeros del PIP y los legisladores independientes Vargas Vidot y Natal, complementan el trabajo que se hace desde las bases y aunque en esta legislatura no haya los votos para aprobar sus proyectos de ley, dramatiza la necesidad de que el pueblo escoja legisladores cuya lealtad sea el pueblo y no el partido.

Puerto Rico se ha eregido ante el mundo como modelo de lucha contra la corrupción y el mal gobierno. Somos un pueblo bravo, decidido, inteligente. Sabemos lo que queremos y lo que definitivamente no queremos. Los jóvenes quieren acceso a educación y trabajo. Las comunidades quieren vivir en un medio ambiente sano, quieren proteger su salud. Las mujeres no quieren más violencia y quieren tener el derecho a decidir sobre sus cuerpos. La comunidad LGBTQI quiere la igualdad de derechos y no ser discriminados por su orientación sexual. Los maestros quieren condiciones de trabajo justas en escuelas limpias con materiales, salarios justos y un retiro digno. Los jubilados quieren que se les garantice sus pensiones.

Los independentistas queremos lo que quiere el pueblo y para ello tener el poder político que da la independencia para poder atender la crisis financiera, identificando la deuda odiosa e ilegal, y tener la posibilidad de enfrentarla, no solo en los foros judiiales de EEUU, sino tener acceso a foros internacionales y financiamiento internacional, no controlado por Wall Street. Queremos una Constitución que incorpore los más amplios derechos humanos, y las divisiones de poderes más idóneas para nuestra realidad y para los tiempos. Una Constitución cuya base principal sea la vida, la libertad y la felicidad.

Necesitamos arreciar la lucha contra el colonialismo. Tenemos que seguir insistiendo en convocarnos como pueblo soberano para decidir nuestro futuro, que ya no se ve tan lejano. Hay pueblo, hay voluntad de lucha, y sobre todo hay país. El momento es ahora. Como decía José Martí, lo revolucionario es hacer lo que haya que hacer en cada momento.

 

(Tomado de Claridad)


Fundación Juan Mari Brás

 

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