Jueves, Noviembre 21, 2024

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Declaración del MINH sobre el medio ambiente

Los temas relacionados con el medio ambiente y el uso y manejo de nuestros recursos naturales han sido motivo de reflexión y análisis desde el momento de la constitución del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano. Partimos de la siguiente premisa para asumir nuestra postura relacionada con el medio ambiente: La Patria que queremos solo es viable si se garantiza la geografía natural de la Nación para garantiza su desarrollo y evolución.

Nuestra posición reconoce y comprende el carácter regional y el global de muchos de los desafíos ambientales que enfrentamos, que son la base para poder anticipar cómo éstos afectarán nuestro entorno natural, como son, por ejemplo, los cambios climáticos y el calentamiento del planeta.
Las políticas y decisiones vinculadas a la economía y al uso del territorio nacional que se elaboren sin antes reconocer los atributos y limitaciones de la geografía natural con llevan grandes costos en términos humanos y materiales, com se ha evidenciado en años recientes. Ejemplos dramáticos de esto son el tsunami que abatió el Océano Indico con resultados trágicos, y el Huracán Katrina que tuvo efectos devastadores en los estados de Louisiana
y Mississippi. Ambos eventos nacionales tuvieron efectos dramáticos en países con diferente capacidad económica. En Puerto Rico es ya común – lo vemos anualmente, y a veces más de una vez al año – que se declaran zonas de desastre. Sin embargo, no se ha hecho mucho para incorporar esas experiencias pasadas a la política pública.
Han seguido prevaleciendo el afán de lucro desmedido y la ambición de ganancias inmediatas de los inversionistas o desarrollistas. Son sus intereses los que determinan la política pública sobre el uso del suelo y son ellos los que abogan porque se eliminen las limitaciones en el uso y manejo de los recursos naturales del país durante los procesos de planificación. Este sector económico es, también, el que aspira a tener mano libre para intervenir con nuestro territorio nacional con total desprecio a los sistemas naturales, al necesario balance ecológico y al bienestar de las futuras generaciones de puertorriqueños.
Mientras tanto, las iniciativas dirigidas al desarrollo de políticas y reglamentaciones efectivas en el marco de un desarrollo sostenible quedan frustradas por las presiones que ejercen los grandes intereses económicos en las agencias gubernamentales y en la propia Rama Ejecutiva. Eso fue lo que pasó con la elaboración del Plan de Uso de Terrenos (PUT). Lo que parecía ser un proceso serio, que pudiera colocar al país a acercarse finalmente a planificar actividades sobre el territorio, parece encaminarse, en vez, a otro fiasco en la ya larga lista de intentos en esa dirección.
Es importante destacar que el PUT representa el esfuerzo de planificación y ordenamiento del territorio nacional más importante y serio jamás rea-lizado. Este Plan venía a ser elemento integrador de toda la gestión pública y privada, y el instrumento para articular tres planes adicionales: el Plan de Manejo de Aguas; los Programas de Manejo de la Zona Costanera y el Plan de Transportación a Largo Plazo, que se elaboraron simultáneamente, y que, en ausencia del PUT corren el riesgo de ser incoherentes y disfuncionales.
Hoy el Gobierno de Puerto Rico y particularmente la Junta de Planificación, han desvirtuado el proceso de elaboración del Plan de Uso de Terrenos.
Lo encaminan a convertirlo en un instrumento a favor de los sectores económicamente pudientes y con tal desprecio por la protección y conservación de nuestros recursos naturales.
Por otro lado, el tema del medio ambiente natural de Puerto Rico enfrenta la realidad que impone la intervención de Políticas y Agencias del Go-bierno de Estados Unidos en prácticamente todos los ámbitos del territorio boricua. Esta situación limita las posibilidades de planificar en forma integrada
la totalidad de nuestros recursos naturales. Lo que es peor, coloca en manos del Congreso de Estados Unidos y de funcionarios de otro país el futuro de los recursos naturales que son vitales para la supervivencia de la vida en nuestra isla-archipiélago y de la nación que en ella se desarrolla.
Cualquier gestión o medida, venga de donde venga, que implique una mayor intervención e ingerencia de agencias del gobierno de EE UU en Puerto Rico plantea el riesgo de que los puertorriqueños quedemos fuera del control, del manejo y de la protección de nuestros recursos naturales y
son una amenaza potencial de que se les den otros usos nocivos y ajenos a los mejores intereses de nuestro país. Tal es la situación de los proyectos de Ley sometidos al Congreso de Estados Unidos relacionados con una amplia porción de la Región del Karso en el norte de Puerto Rico. Estos proyectos, además, impulsan panes imperialistas sobre nuestro territorio que amena-zarían la soberanía de otros pueblos.
En ese sentido, debemos reconocer el trabajo que por años han realizado las comunidades, y las diversas agrupaciones en las que se han organizado, en la defensa de la salud y el medio ambiente y de nuestros recursos naturales, luchando por conseguir mejorar su calidad de vida. La participación comunitaria se ha venido dando como un proceso mediante el cual los individuos y las familias se han ido organizando para la defensa de la salud y el bienestar de los suyos y de la comunidad de la cual forman parte. Estas representan respuestas colectivas a los problemas de salud pública y el medio ambiente que aplaudimos y seguiremos apoyando.
Pero existen una serie de asuntos que pueden representar riesgos a la salud y el bienestar de las comunidades y a los sistemas naturales, que requieren actuaciones por parte de los diversos sectores de nuestra sociedad en los cuales prevalezcan medidas cautelares. Es de preocupar el énfasis que se hace, desde el Gobierno y otros sectores, en la economía de la biotecnología como paradigma de la nueva economía sin evaluar sus implicaciones en la salud y el ambiente. Se requiere promover una discusión profunda sobre una política pública en la que valores adecuadamente los riesgos que re-presenta para nuestra sociedad la. manipulación de los recursos genéticos, la modificación genética, las patentes de nuestros genes y la introducción de los cultivos y productos genéticamente alterados en nuestra dieta, también llamados transgénicos. Hay que evaluar las implicaciones éticas, ecológicas, políticas, económicas y de salud pública en dichas actuaciones. Debemos actuar con cautela sobre los efectos en la salud y en el desarrollo de nuestra agricultura, sobre patentizar los bancos genéticos y manifestar nuestra preocupación ante los intereses de las grandes empresas multinacionales. Entendemos que la tecnología debe servir para el aprovechamiento racional y sostenible de nuestros recursos naturales, garantizando la protección de la salud y nuestro medio ambiente.

LUCHANDO Y CONSTRUYENDO LA PATRIA QUE QUEREMOS

Para el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano la protección de nuestra infraestructura natural y agrícola, así como promover la revitalización y densificación de nuestras ciudades y zonas urbanizadas, tomando en cuenta aspectos tanto ambientales como económicos y socio-culturales con el propósito de posibilitar un desarrollo sustentable y la vida en nuestras islas, evitando el desplazamiento de nuestras comunidades, es expresar los deseos de una Patria profundamente arraigados en el pueblo puertorriqueño.


Oficina Central , C 25 NE 339, San Juan, Puerto Rico 00920

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