MINH SE SOLIDARIZA CON LAS LUCHAS CONTRA EL DISCRIMEN RACIAL Y LA XENOFOBIA EN TODAS SUS MANIFESTACIONES EN EL MUNDO
El vil asesinato del afroamericano George Floyd a manos de policías blancos en la Ciudad de Minneapolis, Minessota, ha sido la chispa que encendió la pradera de abusos y discrimen que por siglos han sufrido la comunidad negra en EEUU.
Las manifestaciones de rabia, indignación, dolor, frustración y violencia es una explosión incontrolable contra siglos de discriminación, esclavitud y el racismo sistémico que quedó como residuo tanto en EEUU como en el mundo.
La cultura hegemónica occidental capitalista, junto al neoliberalismo como política económica, le ha dado valor de mercado a todos los aspectos de la vida. Mientras niegan acceso a la salud y educación a las grandes masas lo que imposibilita movilidad social y desarrollo económico, les recuerdan todos los días que el que no tiene no vale. Esto, junto a la carencia material palpable en distintos sectores de EEUU, explica en parte el fenómeno del vandalismo contra las tiendas como parte de las protestas vistas en los últimos días .
La defensa de la propiedad privada ha sido el enfoque de la narrativa oficialista, en un intento por desviar la atención del problema real: el racismo, el discrimen, la pobreza y la marginación social y económica.
Desde más de 300 ciudades en EEUU, desde ciudades europeas como Londres, París, Bruselas y otras, los pueblos han levantado sus voces, han tomado las calles y no se han dejado amedrentar por los abusos, los gases lacrimógenos, las balas de gomas ni la represión policiaca.
Las amenazas de Trump de utilizar el ejército de EEUU no han encontrado eco en sus generales y han sido rechazadas de plano. Cada día figuras republicanas importantes de los sectores conservadores derechista del gobierno de EEUU, como Collins Power y George Bush hijo, se desvinculan de él. Trump es un hombre acorralado por la historia pero todavía con una base de apoyo de sectores fascistas y supremacistas blancos que amenazan los espacios de democracia que valora el pueblo de EEUU. Sin embargo, aún con esta realidad no podemos pasar por alto que el racismo institucional, el abuso policiaco y el fortalecimiento de la fuerza policial es una política que ha sido promovida tanto bajo administraciones republicanas como administraciones demócratas. Por tal razón, afirmamos que el problema del racismo institucional no se resolverá con un mero cambio de gobierno, sino que se debe trabajar integralmente para revocar el daño causado por pésimas decisiones acumuladas a nivel histórico.
Dejamos claro que el racismo sistémico que se vive en EEUU también continúa presente, en múltiples manifestaciones, en Puerto Rico como producto del legado colonial tanto bajo España como bajo el de EEUU que aún persiste. Por tanto, acá, al igual que allá, nuestra población negra sufre a a diario los efectos de un racismo institucionalizado.El problema del racismo trasciende fronteras y está directamente atado al colonialismo y al imperialismo; siendo crucial para el funcionamiento del sistémica económico capitalista.
Por eso como puertorriqueños(as) sentimos el dolor de nuestros hermanos(as) afroamericanos (as), compartimos la rabia que se vislumbra en la calle y nos unimos a sus reclamos de justicia para el fin del racismo tanto en EEUU, acá en Puerto Rico y allí donde se manifieste.
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